18/04/2024 – El Buen Pastor que da la vida: la excelencia del Pastor (Juan 10,11-18).
Este domingo es la Jornada mundial de oración por las vocaciones, podemos preguntarnos: ¿Para quién soy yo? apaciento, acompaño, cuido, protejo, camino con…¿para qué, para quién vivimos y gastamos la vida?
El Evangelio nos pone en la encrucijada de una definición.
La imagen del Pastor que se juega por sus ovejas se repite tres veces. Y los signos son elocuentes:
a) “dar la vida por ellas”, que se concreta en la entrega de su cuerpo y sangre, realidades que marcan la totalidad de la persona, su historia y su vida;
b) en “el conocimiento” por parte de sus ovejas de quién es Él. Esa piedra angular que es fundamento de nuestra vida y que, asumiéndola como tal, nos da la libertad de hablar en su Nombre para poder dar testimonio de quienes somos, hijos del Padre gracias al don del Hijo, nos marca un camino concreto si queremos ser tales: dar la vida por aquellos que más la necesitan, generando a partir de ello una fraternidad y conocimiento que nos permita caminar como amigos;
c) un compromiso por aquellos más vulnerables que no genere este tipo de relación, es como saber dónde está ese fundamento que nos da seguridad y elegir otro, es saber que somos hijos y vivir como desconocidos.
Llegados al cuarto domingo de Pascua nos encontramos con la figura atrayente del buen Pastor, Jesucristo. Una imagen que da para mucho, tanto en la antigua tradición bíblica, como en la conciencia de Jesús y en toda la tradición posterior de la Iglesia. En el Antiguo Testamento, Dios comunica su amor por medio de esta imagen, tan cercana y expresiva para una cultura que vive de sus rebaños y del cuidado de quienes los pastorean. Hoy que tanto hablamos de cuidado y protección, de invisibilizar a los niños, adolescentes y adultos mayores más vulnerables. La fiesta del Buen Pastor nos puede ayudar a repensar nuestras actitudes.
Podes ver el informe completo en el reproductor de videos ubicado bajo el título.