«Bubakar»: instrumentos de corazón africano y manos argentinas

miércoles, 25 de junio de 2025

25/06/2025 – En el Valle de Traslasierra, Córdoba, Marcos Martín se dedica a una tarea tan singular como ancestral: fabricar instrumentos africanos. Conocido como Bubakar, nombre que recibió durante un viaje iniciático por Senegal y Mali en el año 2000, Marcos explica: “Ese nombre me lo dieron en África, en el seno de una familia que me recibió. Decían que no podía tener un nombre que no sea africano”. Y no fue cualquier apodo: Bubakar significa “aquel que va en busca de la verdad”.

Ese viaje no solo le dio un nombre, sino que fue el punto de partida para crecer en su profesión como luthier y así lograr construir con sus propias manos los instrumentos que había comenzado a tocar y que en Argentina eran difíciles de conseguir. “Primero empecé como músico, tratando de encontrar el sonido que yo quería lograr. Después, con ayuda de mi familia —mi papá escultor, mi hermano herrero— me largué a fabricarlos, recuerda.

Sobre la sonoridad que caracteriza a los instrumentos de percusión africanos, explica que cobra un valor importante la filosofía y los rituales de las mismas comunidades al momento de valerse de la naturaleza para producir lo que necesitan. En África, se le pide permiso al árbol antes de cortarlo. Cuando el árbol no está listo o no es para hacer instrumento directamente ni lo cortan». Así, se dice que el tambor contiene el espíritu del árbol y del animal del que proviene el cuero. «Se mezclan el reino vegetal, el animal y el humano, que es el que produce esa fusión y lo hace sonar”, explica Marcos.

En tanto, en su taller, el modo de trabajo también es singular. No produce instrumentos en serie, sino que deja que la madera, aún verde, lo guíe en el tallado, dejando los instrumentos estacionar por años hasta alcanzar su mejor resonancia. «El viaje en sí es fascinante», cuenta el luthier, «muchas veces te encontrás con troncos que te van diciendo qué tipo de tambor va a salir».

Para Marcos Martín hacer un instrumento no es algo menor. «Yo lo veo como un templo, como la fabricación de un templo, donde hay algo solemne adentro. Y con esa seriedad lo encaro, porque para mí la música nos conecta con distintos mundos», resume así su tarea como luthier, el luthier de «Bubakar Instrumentos Africanos».

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