Siguiendo las Huellas de Brochero: la historia del padre Diego Canale en Neuquén

viernes, 27 de junio de 2025

27/06/2025 – En el marco de la Mariathon 2025 conversamos con el padre Diego Canale, sacerdote de Buenos Aires, pero con camino pastoral en Neuquén. Su testimonio es una valiosa muestra de lo que el santo Cura Gaucho inspira en el corazón de los pastores, animándolos a servir «con olor a oveja» en medio del pueblo.

Ordenado por el entonces cardenal Jorge Bergoglio, luego Papa Francisco, el padre Diego encarnó desde sus primeros pasos sacerdotales el llamado a ser “cura donde no hay cura”. Durante más de diez años recorrió las zonas más alejadas del norte neuquino, donde su presencia fue “más que pastoral: fue de cercanía, de compartir la vida”.

“Lo que me mueve el corazón es ser cura donde no hay cura”, afirma con convicción. Su trabajo en comunidades que llevaban años sin sacerdote lo llevó a vivir de cerca la realidad de la indigencia, el aislamiento y la esperanza silenciosa de un pueblo creyente. “Cuando llegué me encontré con esa fe del pueblo. No fui yo el que vino a traerles el Evangelio, sino que vine a compartirlo”, reflexiona.

Actualmente, en la ciudad de Neuquén, el padre Diego continúa su misión en el barrio Alta Barda, donde es párroco y rector de un colegio parroquial. Junto a la comunidad, impulsan iniciativas como la “Noche de la Caridad”, que brinda alimento, abrigo y contención a personas en situación de calle. “La misión no es solo ir de visita, sino vivir con ellos”, explica sobre su deseo de fundar un centro misionero en la meseta neuquina.

Inspirado por el Cura Brochero, su estilo pastoral no busca protagonismo individual, sino construir una Iglesia en salida. “Hoy tiene muchísima fuerza también ser Iglesia donde no hay Iglesia”, asegura, con una mirada comunitaria y sinodal. Frente a la tragedia de Fanny, una mujer que falleció en situación de calle, Canale movilizó a la comunidad y al gobierno para crear un refugio de emergencia: “No queremos que nadie más muera en la calle. No podemos permitirlo”.

Comparado muchas veces con Brochero, el padre Canale toma esa mención con humildad: “No sé si soy el Cura Brochero del sur. Es como cuando un hijo le dice a su mamá que es la mejor del mundo. Sabés que no es así, pero te obliga a darlo todo”. Su vida es, sin duda, un llamado a encender ese fuego del Sagrado Corazón en cada rincón olvidado.

Para escuchar el testimonio completo accedé al video del inicio