16/07/2025 – En casi todo el mundo se habla del envejecimiento de la población. Los seres humanos vivimos más años, pero la pregunta es: ¿vivimos mejor esos años que se suman a la expectativa de vida? Uno de los desafíos que vienen con la vejez es la «soledad no deseada», una vivencia emocional persistente que surge cuando las relaciones sociales no son suficientes, ni en cantidad ni en calidad, para satisfacer las necesidades de conexión y pertenencia de una persona, con consecuencias en la salud mental, física y social.
Aquí, en el ámbito de la Municipalidad de Córdoba, se ha creado el Observatorio de la Soledad No Deseada, que, entre sus primeras iniciativas, realizará una encuesta que revelará datos importantes sobre esta problemática. La importancia de abordarla reside en el impacto directo que tiene en la salud mental, física y en el bienestar social. Si bien no se la considera una patología en términos de salud mental, sí puede generarlas. Asimismo, es una situación en muchos casos provocada por otros y, por lo tanto, requiere respuestas colectivas.
Como se trata de un fenómeno complejo y estructural que abarca varias dimensiones a ser analizadas, dialogamos con Juan Carlos Mansilla, director del Instituto de Planificación Municipal (Iplamu) de la Municipalidad de Córdoba.