20/08/2025 – En esta nueva entrega del ciclo «Enseñanzas desde el Magisterio de la Iglesia», el Padre Javier Soteras, director de Radio María Argentina, nos invita a continuar el recorrido fascinante por la encíclica del Papa Francisco, Dilexit Nos, y nos muestra, en esta ocasión, cómo la devoción al Corazón de Jesús es, en realidad, una puerta de entrada al corazón del Padre y a la acción del Espíritu Santo.
Desde el Hogar del Buen Samaritano, un lugar que encarna el amor y la caridad en obras, el Padre Javier nos invita a ir al corazón de la encíclica, que se centra en cómo la mirada puesta en el Corazón de Jesús nos conduce directamente al corazón de Dios. El texto nos recuerda que nuestra carrera cristiana es correr con los ojos fijos en Jesús, pero sin olvidar que Él es el camino que nos lleva al Padre. Así, la devoción al Corazón de Jesús no nos detiene en Cristo, sino que nos orienta hacia el Padre, que es la plenitud y la fuente de todo. El Padre Soteras nos anima a vivir esta devoción como un anticipo del final del camino, de nuestro destino final, que es la casa del Padre. Cuando sabés a dónde vas, te resulta más fácil ordenar los pasos y elegir el mejor camino para llegar.
El Padre Javier nos explica que, al hacerse hombre, todos los anhelos y aspiraciones del corazón de Jesús estaban orientados al Padre. Su historia en la tierra fue un constante llamado a volver a Él, a hacer Su voluntad. Por eso, al mirarlo y al seguirlo, nosotros también nos orientamos hacia el Padre. Además, nos purificamos e iluminamos, no con una purificación moralista, sino en las entrañas del ser, en lo más profundo del corazón, para poder contemplar el rostro de Dios. El Padre Soteras resalta la belleza de la familiaridad que Jesús nos enseña al llamarlo «Abba», «papito», un nombre que aproxima al «totalmente otro» sin perder la distancia saludable que la paternidad ejerce. La espiritualidad del Sagrado Corazón, nos dice, nos invita a un vínculo con Dios que genera sorpresa y expectación.
Finalmente, el Padre Javier nos habla del rol del Espíritu Santo. Nos dice que el Corazón de Cristo es obra maestra del Espíritu Santo, que se encarnó en el seno de la Virgen María. Es el mismo Espíritu que nos hace clamar a Dios «Abba» y nos une a los sentimientos de Cristo, dándonos la fortaleza para seguirlo. El Padre Soteras concluye invitándonos a vivir una espiritualidad que nos una a Jesús y nos haga ser como Él, para que, bajo el impulso del Espíritu, nos orientemos hacia el Padre, fuente de toda vida. Si querés ahondar en esta bellísima reflexión trinitaria y dejarte llenar por el abismo de belleza de Dios, te invitamos a descubir esta nota más profundamente.