07/10/2025 – En un nuevo «Reflexiones para la Semana» nos acompañó el padre Mauri Calgaro, sacerdote salesiano. Oriundo de Curuzú Cuatiá, en Corrientes, actualmente se encuentra en La Rioja, en la comunidad pastoral Monseñor Enrique Angelelli. Desde allí nos invitó a pensar en el legado espiritual del papa Francisco, traducido en distintos gestos concretos.
“El Papa Francisco fue un papa de gestos, profundos y evangélicos”, expresó Mauri. “En un mundo donde abundan las palabras, los gestos y los silencios son importantes”, agregó. Para él, Francisco enseñó que la fe se comunica más con las manos que con los discursos, con la humildad de quien sirve antes que con la autoridad de quien manda.
Entre todos los gestos del Papa, hay uno que el padre Mauri considera fundacional: el de su primera aparición ante el mundo, aquella tarde del 13 de marzo de 2013, cuando el recién elegido pontífice se inclinó ante la multitud y dijo: “Recen por mí”. “Ese gesto fue su primer milagro público —afirmó—. No levantó la mano para bendecir, sino que se inclinó y pidió que el pueblo rezara por él. Un papa que se sentía necesitado, que pedía que el pueblo fuera su intercesor.”
Esa escena reveló una nueva forma de ser Iglesia: pastores y fieles unidos en la misma dignidad, compartiendo la misma oración. “En el recen por mí —agregó— se encuentra el sentirnos necesitados, el sentirnos hermanos, el necesitarnos unos a otros.”
Desde allí, nos animó a todos a redescubrir el testimonio de Francisco y a dejar que la fe vuelva a expresarse “en gestos que huelen a Evangelio y siguen encendiendo la esperanza”.
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