04/11/2025 – El Informe 23 del Centro Mariano de Investigación Social (CEMAIS), titulado «La sociedad argentina está envejeciendo y empobreciéndose en el mediano y largo plazo», anticipó un escenario de doble vulnerabilidad para los adultos mayores. Esta previsión combina el proceso demográfico de envejecimiento poblacional con el empobrecimiento estructural del país. Un análisis que, según Edgardo Dainotto, director de CEMAIS, demuestra la importancia de la política y las instituciones públicas para anticipar y encontrar soluciones a estos problemas.
La realidad de 2025 parece confirmar las advertencias del informe: mientras la pobreza general en Argentina, según el INDEC, se sitúa en el 31,6%, la proporción se dispara al 73% entre los adultos mayores. Dainotto subraya que la demografía, la economía y la politología permiten saber «hacia dónde estamos yendo», indicando que estos desafíos no surgen por «magia», sino que se anticipan a partir de datos concretos y análisis de contexto.
El fenómeno del envejecimiento poblacional no es exclusivo de Argentina, sino que es una tendencia mundial. En el país, en un plazo de 20 años, la proporción de personas en edad de retiro será notablemente mayor a la de jóvenes y personas en edad de trabajar. Según Dainotto, al tener una mayor expectativa de vida y una baja natalidad, el sistema se enfrenta a un «brete económico muy importante», donde sostener a una población adulta mayor será muy difícil o resultará en ingresos «muy magros» para los jubilados.
Edgardo Dainotto señala que Argentina está desaprovechando un momento clave: el «bono demográfico». Este es un periodo en el que la proporción de personas en edad de trabajar es relativamente mayor. Este momento debería usarse para lograr una mayor productividad y la inserción de más trabajadores al empleo formal, creando un «ahorro social» que permita afrontar el difícil futuro que se avecina en 15 o 20 años. Sin embargo, en lugar de ahorrar, «nos estamos empobreciendo», ratificando el título del informe.
El problema futuro se agrava por el presente de la niñez y la juventud. El informe destaca que una parte de los menores de 14 años está en situación de pobreza estructural, lo que implica que no tienen las destrezas o la competencia necesaria para sumarse al mercado laboral con «empleo decente». Esta falta de posibilidades se traduce en «laburitos» o «changas» con salarios insuficientes, lo que empobrece la perspectiva del «ahorro social para pagar las jubilaciones y su propia jubilación«. El director de CEMAIS insiste en la necesidad de intervenir con foco en la educación para el trabajo.
Para revertir esta situación, el desafío es generar más recursos y un sistema de diálogo. Dainotto cita a San Juan Pablo II: «No se trata de hacer más chico el banquete, sino de construir, de hacer más comida, de generar riqueza». Esto exige cuidar la estabilidad macroeconómica (la lucha contra la inflación «no es negociable») y también exigir a las instituciones el debate de políticas de Estado con participación ciudadana, evitando caer en la tentación del autoritarismo y la superficialidad de la comunicación en redes sociales.
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