04/06/2019 – Buenos Aires está transitando su primer sínodo arquidiocesano en preparación para el jubileo por el 400 aniversario de esta comunidad. En primer lugar, monseñor Enrique Eguia Seguí, obispo auxiliar de Buenos Aires y y vicario pastoral de Buenos Aires presentó el origen de la propuesta. “El sínodo es un proceso y un estilo de vida eclesial, no es un resistematización de la pastoral. Es muy interesante el camino que recorrimos con los sacerdotes porteños, tanto en el Consejo Pastoral como en las reuniones sinodales específicas. Junto al papa Francisco, y esto lo hablamos mucho con el cardenal Mario Poli y con los otros obispos, queremos ser un iglesia misionera, misericordiosa y sinodal”, afirmó monseñor Eguia Seguí. “El sínodo no son sólo temas de reflexión o pautas pastorales programáticas. La sinodalidad apunta a un estilo de ser Iglesia que debe impregnar nuestra misión evangelizadora. El estilo sinodal y este modo de ser Iglesia se hace visible en la vida cotidiana de las comunidades y va tocando el corazón de los agentes de pastoral”, indicó.
También Juan De La Torre, integrante del equipo de Animación Sinodal y del equipo de Reflexión Teológico Pastoral, destacó que “el equipo de Reflexión Teológico Pastoral será el que redacte un primer documento para ser analizado y completado luego por el Pueblo de Dios. Es un hecho inédito en la pastoral arquidiocesana contemporánea que se haya conformado un equipo de gente de estas características. Teólogos pastoralistas junto a quienes tienen el hábito de la reflexión pastoral, fueron convocados para realizar un aporte al sínodo en la elaboración de un primer documento que recogiera, a modo de síntesis y de propuesta, lo recibido a través de distintas herramientas de escucha que se fueron desplegando durante el último año. El Espíritu Santo es quien está haciendo todo, en una ciudad con múltiples realidades culturales”.
Por su parte, Claudio Bechech, miembro del equipo de Animación sinodal y animador del Consejo Pastoral de una de las Vicarías porteñas, se refirió a este proceso iniciado en el 2017. “El año pasado fue muy intenso en las parroquias de Buenos Aires. El proceso fue de reuniones sinodales en las parroquias y luego por decanatos. En la Vicaría Belgrano, en setiembre tuvimos la oportunidad de recibir al cardenal Poli y trabajar juntos en torno a las fortalezas y debilidades pastorales que tenemos”, dijo.
Por último, Nora Rodriguez. docente y consagrada, habló desde su rol como miembro del equipo de Animación Sinodal: “Para darte un dato, en Buenos Aires hay más de 210 casas de consagradas femeninas. Los consagrados en la arquidiócesis llevamos adelante muchos espacios pastorales. Y este proceso es una oportunidad para conocernos”. Rodríguez agregó: “El sínodo es un trabajo capital, de acercamiento a la gente. Y en todo esto tenemos una doble dimensión: la territorial y la vocacional”.
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