Cobijo, alegría y afecto, indispensable como método de prevención de adicciones en el hogar

viernes, 31 de agosto de 2018

30/08/18 – El Dr. Alfredo Miroli, nos acompañó en el último programa del ciclo “Adicciones y sociedad”. En esta última emisión el especialista abordó la temática del diálogo y acompañamiento a nuestros hijos.

Los padres a veces no saben como hacer para saber dónde están sus hijos y en qué compañía. “Saber dónde están nuestros hijos se da en un marco de confianza y diálogo, parte del arte de escucharlos y decirles que confiamos en ellos”.

 

“Ni los domingos se puede descansar en esta casa”

Cuando los chicos llegan de bailar los domingos por la madrugada y nosotros no les prestamos atención o los despreciamos con nuestro lenguaje; no creamos un clima de confianza en el hogar. “Si a los chicos les decimos que no se puede descansar ni los domingos cuando llegan, piensan que de lunes a lunes su presencia molesta en su propia casa, por lo que van a preferir quedarse más tarde en el boliche o en otras compañías”.

 

Recibirlos con alegría

“Los ruidos de nuestros hijos cuando llegan a las 5 de la mañana tienen que producir alegría de que está en casa, de saber que están vivos, alegría de saber que volvió y tal vez la necesidad de abrazarlo, cobijarlo y darles un café.”

 

No es lo mismo casa que hogar

La casa es un edificio, el hogar es un afecto. “Si en la casa hay afecto los chicos quieren estar; pero si solo hay piso y paredes, insultos, caras oscas, haciendo notar lo malo; ¿quién pepino quiere una casa?, todos queremos un hogar.”

 

Saber decir que no

Se puede seguir siendo amigos de quienes tienen la tentación de consumir alguna sustancia, el desafío es no participar. “El decir que no, depende de la armadura que le hallamos dado como padres. Hay momentos que podemos tropezar pero no crear un hábito de adicción.”

 

La ridiculez: un arma poderosa

Nosotros podemos trabajar desde un herramienta poderosa: la ridiculez. Un adolescente no tiene miedo a la toxicidad y al daño, tiene miedo al papelón. Me gusta decirles a los chicos sobrios que ven que beben otros en exceso si les parece fashion ver vomitar, tambalearse, largando clericó por la nariz, hablando macanas. ¿No te das cuenta que en ese momento no quedás de 10, sino que quedás muy ridículo?. Pasala bomba, no bombeado.”

Le agradecemos profundamente al Dr. Alfredo Américo Miroli por la generosidad de brindar sus conocimientos y experiencia a través del aire de Radio Maria Argentina.

 

Te invitamos a escuchar la entrevista completa en la barra de audio debajo del título.