25/02/2021 – En esta edición del espacio “Voluntariando” compartimos una hermosa entrevista que el equipo de “Manos abiertas” realizó al padre Mariano Oberlin, quien desarrolla su ministerio en un barrio popular y en situación de vulnerabilidad en Córdoba.
El padre Mariano es cordobés y en el año 2010, después de pasar por distintas parroquias, llegó a la Parroquia Crucifixión del Señor, en barrio Müller.
En este lugar, ha trabajado con la comunidad para brindar opciones a los jóvenes que padecen situaciones de exclusión y marginalidad, en muchos casos vinculadas también al consumo problemático de drogas. Hoy cuentan con varios talleres de oficios, culturales, deportivos y recreativos; y espacios para ayudar a los jóvenes adictos del barrio.
Desde la parroquia Crucifixión del Señor descubrió que con pequeños gestos se puede ayudar a cientos de jóvenes que todos los días luchan para escapar de la droga y de las redes de narcotráfico. Su vocación se tradujo en un enorme trabajo comunitario.
Desde la parábola de Jesús del Buen Samaritano (Lucas 10, 25-37) el padre Mariano describió cuál es el verdadero camino del servicio entregado y del voluntariado:
“El voluntario es el que es capaz de trascender la mirada y acercarse al que sufre y pone el cuerpo al lado de él. Cuando uno rompe esa barrera y se pone al lado del otro, eso llama a la compasión. Compasión es entrar en la pasión del otro, hacerse uno con el otro en su pasión”.
“El voluntariado más hermoso es el de aquel que asume como propia la obra e intenta que llegue al final. Asociado con otros, lleva la causa hasta el final”.
Te invitamos a escuchar el programa completo en el audio al inicio de esta nota
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