28/04/2022 – En el día de ayer, como cada último miércoles del mes de abril, se conmemoró el “Día Internacional de la Concientización sobre el Ruido”, sobre todo para que todos conozcamos los efectos que provoca el ruido en la salud física, lo que se ve con el tiempo en la reducción de la capacidad auditiva, consecuencias físicas o psicológicas que generalmente se dan a largo plazo y es difícil asociarlos a la contaminación sonora a la que estamos expuestos.
La contaminación acústica hace referencia al ruido o sonido excesivo y molesto que se puede percibir en un momento y en un lugar determinado. La particularidad de la contaminación sonora es que su impacto es “invisible”, pero aumenta en las grandes ciudades, sobre todo por el tránsito y las actividades productivas.
La exposición permanente a niveles elevados de ruido puede causar estrés, problemas digestivos, cardiovasculares y neurológicos, y problemas de la audición que pueden ser irreversibles.
La Organización Mundial de la Salud aseguró que los parámetros mayores a 65 decibeles son perjudiciales para la salud tanto mental como física. También afecta negativamente el ambiente, lo que puede observarse en la huida de las aves de los ambientes muy ruidosos.
Pero, además, con ciertas modas o nuevas costumbres, se suman formas de exposición humana riesgosa a altos decibeles, como ocurre, por ejemplo, con el uso permanente de auriculares para escuchar música o para usar y competir en juegos de red, con la play station, entre otros usos.
Para conocer más acerca de las consecuencias de exponernos a fuentes de ruido dialogamos con la doctora Graciela González Franco, otorrinolaringóloga y integrante de la Asociación Argentina de Otorrinolaringología y Fonoaudiología Pediátrica quien brindó consejos importantes a tener en cuenta para cuidar nuestro oídos y audición.
En tanto, en Argentina no hay una normativa nacional que regule la contaminación sonora, y son pocas las jurisdicciones que cuentan con una ley o una ordenanza. Sí hay una ley en la Ciudad de Buenos Aires, que es una de las diez ciudades más ruidosas del mundo.
En 2006 se presentó el primer proyecto de ley vinculado a la contaminación acústica en el Congreso de la Nación.
Desde entonces han ingresado iniciativas de distintos bloques, que en cuatro oportunidades llegaron a la media sanción, una de ellas en 2019 la cual no logró prosperar en la Cámara de Senadores. En 2021 fue presentado por última vez por la senadora Lucía Crexell. Pero no ha sido tratada.
¿Puede controlar el Estado, los municipios, la contaminación sonora?. Este fue el interrogante al cual dió respuesta el Arquitecto Arturo Maristany, director del Centro de Investigaciones Acústicas y Lumínicas de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba.
Podés escuchar las entrevistas completas a continuación…
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