Cristo, ayer, hoy y siempre: siempre fiel a su proyecto

viernes, 31 de julio de 2009
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Durante su embarazo María partió y fue sin demora a un pueblo en la montaña de Judá, entró en la casa de Zacarías, y saludó a Isabel.  Apenas ésta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su vientre e Isabel, llena del Espíritu Santo exclamó:  “¡Tu eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!.  ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga visitarme?.  Apenas sentí tu saludo el niño saltó de alegría en mi vientre.  Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”.  María dijo entonces:  “Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios mi salvador.”

Lucas 1, 39-47

A Itatí llegamos, junto a María, desde Itatí partimos con María:

Es conmovedor ver al pueblo del noreste, y del resto de la Argentina llegarse hasta esta imagen pequeña, diminuta, tierna. Esta imagen conmovedoramente atractiva, que nos hace llegar hasta Iratí con el corazón lleno de nuestras esperanzas para ser presentados allí con los deseos grandes de grandeza, en la pequeñez y en la humillación que pasamos en los momentos difíciles de la vida, y como patria en su conjunto, con los sueños grandes escondidos desde hace doscientos años, de ser lo que Dios signó que fuéramos.

Bendecidos por su presencia en una riqueza inmensa en lo territorial, y con un pueblo que para alcanzar lo que sea indicado ahí por Dios como imagen, de lo que está llamado a ser debe luchar, peregrinar, caminar. Y este es el sentido de nuestro andar hacia Itatí como pueblo argentino. Es como ir buscando nuestro destino. Es ir pareciéndonos más a lo que en este territorio bendito Dios nos quiso regalar con todas sus pluralidades de riquezas. Y con todas sus posibilidades de ser.

Ahora llegados allí, no nos queda más que con María repetir su gesto, e imitar su modo. Esto es de peregrina incansable. Capaces de llevar a término, lo que estamos buscando. Ser un pueblo a la altura de lo que Dios ha querido bendecir esta hermosa tierra nuestra.

Y el ejemplo y el testimonio nos lo trae la imagen de Itat&