El consumo de sustancias, sus consecuencias y los caminos de recuperación

jueves, 5 de agosto de 2021
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05/08/2021 – En el ciclo “Pastoral carcelaria sin fronteras” el tema de este jueves fue el consumo problemático de sustancias. María Isabel Rego, fundadora de “Madres guiando la vida en lucha contra el paco” y la psicóloga Natalia Di Gioia, integrante de la Federación de los Hogares de Cristo, hablaron del tema. Rego enfatizó que “desde hace muchos años existe un vínculo entre consumo de drogas y la prisión, principalmente porque no se cumple con lo que dicta la ley de salud mental. A mi hijo pude internarlo cuatro veces antes de que existiera esta ley. Es decir, necesité de un juez que me apoyara para que pudiéramos internarlo. Hoy en ese sentido hemos avanzado”.

Por su parte Di Gioia acotó: “Los recursos destinados a la salud mental son pocos, quedan cortos en la Argentina. Hay tres paradigmas en todo esto. El primer modelo fue el más punitivo y moralista, propio de los años 80. Allí, el que consumía era considerado un delincuente. En los 90 aparece un modelo sanitarista donde se lo consideraba enfermo. Y actualmente,  la ley vigente tiene una mirada integral, ya no se hace foco en la droga sino en la persona que consume, en los problemas que transita esa persona y en cómo ayudarlo. Son personas vulnerables, descartadas, necesitadas de su familia, como nos lo recuerda el papa Francisco”. El marco de todo esto es la ley de salud mental y la ley llamada “IACOP”, que es e plan integral para el abordaje de los consumos problemáticos. En la ley 26934 se definen los consumos problemáticos como aquellos que, mediando o sin mediar sustancia alguna, afectan negativamente, en forma crónica, la salud física o psíquica del sujeto, y sus relaciones sociales.

“En nuestra familia sufrimos estos cambios de paradigma, apoyamos la mirada integral. Yo creo que el adicto no nace con una patología de base y cuesta mucho poder resolver esto. No hay recetas para esto, hay recaídas, cada hogar es un mundo. No obstante, el denominador común es el abandono de las personas, en esto tenemos que seguir trabajar. Lo que buscamos es encauzar cada vida afectada por las drogas. La familia debe acompañar a quien se quiere recuperar, dejar de lado la culpa y comenzar a transitar un nuevo camino. Desde nuestra entidad aconsejamos mucho a los padres y si vemos que la situación se supera recurrimos al estado o a otras instituciones que trabajan en estas realidades. Nuestra fundación, “Madres guiando la vida en lucha contra el paco” tiene su lugar físico en Sarandí (Avellaneda), en Dorrego 2780 y también en las redes sociales”, dijo Rego.

Di Gioia agregó que “la ley indica que la persona que consume tiene un problema de salud que debe ser atendido por el sistema nacional, vivimos exigiéndoles a la Superintendencia de Servicios de Salud que cumpla con esto. Imaginensé cuando no hay cobertura formal de obra social o prepaga, es mucho más difícil. En los Hogares de Cristo trabajamos con esta realidad, ayudamos a las familias y a los adictos, es realmente recibir a la vida como viene. Esto no es mágico, el que quiere recuperarse del consumo de drogas inicia muy bien el proceso, pero después viene la angustia. Allí los acompañamos para que descubran los beneficios de no consumir y en ese momento es fundamental que no abandonen el tratamiento. Les pedimos que sigan porque esto lleva mucho tiempo. Son procesos largos pero también exitosos, es posible dejar de lado la droga. Lo fundamental es saber pedir ayuda y ser lo suficientemente inteligente de saber que este tema maneja la voluntad, entonces hay que fortalecerla”.

El programa de justicia terapéutica surgió en el 2018 y es presidido por la jueza Jimena Monsalve. El objetivo es devolver los derechos vulnerados de la persona, con su salud, educación, inserción laboral y tratamiento médico de su adicción. Esto lo articulamos con los Hogares de Cristo y otras organizaciones sociales. Este programa aporta mucha esperanza y permite dejar de ver a estas personas como un delincuente y nada más. Por ahora es una experiencia piloto de un juzgado de Buenos Aires”, cerró la psicóloga.