“El Espíritu Santo viene a transformar el corazón del hombre”, padre Julián Duarte

21/04/2020 En el ciclo “El anuncio del Kerigma”, nos acompaña el padre Julián Duarte, misionero redentorista, sobre la promesa de Dios Padre: El Espíritu Santo.

El padre Julián nos animaba a preguntarnos en esta oportunidad ¿cómo es nuestra relación con el Espíritu Santo? ¿Qué situaciones de vida nos muestran que Él ha transformado nuestro corazón?

“El Espíritu Santo viene a transformar el corazón del hombre”, nos dijo el padre Juián, es “el mismo Espíritu que impulsó a Jesús, es el que hoy nos impulsa a nosotros. La Iglesia ha tenido la misión de evangelizar y luego la de bautizar, pero hoy, bautizados debemos recibir la evangelización”. “Debemos saber que Dios nos ama, que es nuestro Padre, pero el pecado nos aleja y obstruye la gracia de Dios. No obstante, el Señor nos amó y nos envió a Jesús para redimirnos, es necesario que creamos en Él, es necesario que tengamos fe y la conversión como actitud de regreso a Dios”, dijo el padre Duarte.

En el Evangelio de San Juan, capítulo 16 versículo 7, Jesús dice: “En verdad les digo, les conviene que yo me vaya porque sino me voy, no vendrá a ustedes el Paráclito, pero si me voy, se los enviaré”.

El padre Duarte explicó que el Paráclito es el Espíritu Santo, es el amor del Padre al Hijo y de éste al Padre. Vendrá a habitar, a morar en nosotros. “Al resucitar Jesús, se apareció a sus discípulos dándoles la orden para que no se apartaran de Jerusalén, sino que esperaran la promesa del Padre, de la que tanto Jesús les había hablado en su ministerio”, agregó el sacerdote.

Cuando el Señor habla de la venida del Espíritu Santo, es decir, de la promesa del Padre, se refiere a un compromiso de Dios con los hombres a través de Jesús.

El corazón del hombre sólo puede ser cambiado por Dios: “Se necesita la renovación interior del hombre por el espíritu de Dios”, dijo el padre Duarte.

Dios prometió su Espíritu para activar su presencia salvífica en el seno de la Iglesia y en el corazón de los creyentes viviendo, amando y sirviendo a Cristo.

El Espíritu da vida porque donde está el Espíritu, allí está la libertad. “Es el Espíritu el que viene a nosotros, viene a transformar, nos capacita para vivir la vida de fe, de amor, de servicio, de acuerdo a la voluntad divina”, finalizó el padre Duarte.

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