08/04/2025 – ¿Alguna vez se han sentido abrumados por la tecnología, por esas pantallas que a veces parecen interponerse en las relaciones humanas? ¿Les preocupa hacia dónde vamos en este mundo cada vez más digitalizado? Ezequiel Romano, experto en tecnología con más de dos décadas en el sector, en este nuevo episodio del ciclo: “Un mundo artificial, ¿na sociedad más humana?“, nos invita a una reflexión profunda sobre el poder de la mirada en la era de la inteligencia artificial, un tema que nos concierne a todos.
Teniendo presente el contenido del video en el que el Papa Francisco nos invita a orar especialmente por el uso de las nuevas tecnologías Ezequiel toma esta frase: “Si pasamos más tiempo con el móvil que con la gente, algo no funciona” y nos ayuda apreguntarnos ¿Cuántas veces nos encontramos absortos en nuestros dispositivos, perdiendo de vista las miradas y los sentimientos de quienes nos rodean?
En este espacio de diálogo, Ezequiel no se enfoca en los últimos avances de la inteligencia artificial, sino en lo esencialmente humano. A través de un emotivo video y las palabras del Santo Padre, nos recuerda que la tecnología, si bien es fruto de la inteligencia que Dios nos ha dado, debe ser utilizada con sabiduría y con un profundo respeto por la dignidad de las personas.
¿Cuáles son esas “sombras” de la tecnología que debemos tener en cuenta? Ezequiel nos habla del ciberacoso, la difusión de noticias falsas (“fake news”) y la polarización que a menudo se fomenta en las redes sociales. Pero la sombra más preocupante, según el mensaje del Papa, es que “la pantalla nos hace olvidar que detrás hay personas reales que respiran, ríen y lloran”.
Sin embargo, la tecnología también es un regalo, un don para la humanidad que puede unir, ayudar a los más necesitados, mejorar la vida de los enfermos y cuidar nuestra casa común. El desafío, nos dice Ezequiel, está en “poner a la tecnología al servicio de todas las personas, especialmente de las débiles y del cuidado de la tierra”.
¿Cómo podemos navegar en este mundo digital sin perder nuestra esencia humana? Ezequiel nos ofrece un consejo sencillo pero poderoso: “No olvidarnos que detrás del dispositivo y en el ser humano hay una persona que siente, que ríe, que llora, que tiene desafíos, que tiene sueños”. Esta simple conciencia puede guiarnos hacia un uso más efectivo y humano de la tecnología.
La invitación final de Ezequiel resuena con una profunda verdad: “Cuánto me gustaría que mirásemos menos las pantallas y nos miremos más a los ojos”. Recuperar el “arte de vernos” para conectar a través de nuestra vulnerabilidad es fundamental en un futuro que, si bien será digital, debe ser ante todo humano.
Acompáñenos en esta reflexión necesaria y descubramos juntos cómo podemos integrar la tecnología en nuestras vidas sin perder de vista lo que realmente importa: el encuentro y la conexión con nuestros semejantes.