El Magníficat de José

martes, 18 de diciembre de 2018

18/12/2018 – En una contemplación imaginativa nos permitimos escuchar el canto gozoso de San José ante la anunciación del Ángel a María:

“Mis manos son salmos

en cada golpe de herramienta,

y todo mi ser rebosa de alegría

en Dios, hecho viga de nuestra madera,

porque ha mirado con agrado

la inocencia de mi querida María

y la pobreza de un carpintero.

 

Desde ahora y por todos los siglos

a ella le dirán Madre de Dios

y a mí, me tendrán por Patriarca

todas las generaciones,

porque el Señor poderoso,

el del perdón, la misericordia y la ternura,

ha hecho una obra bella en nosotros.

 

Su brazo hace palanca para cambiar el mundo,

colma la mesa de los pobres

y deja vacía la de los ricos.

 

A mi esposa, convertida en Madre,

ha hecho umbral de Dios

y a mí, portal de Jerusalén,

aunque, sin duda, sólo soy

un poco de esperanza al lado de una virgen.

 

A ambos y al mismo tiempo,

nos ha dado albergue

y nos ha hecho albergue de Israel

mostrando su misericordia en aquel vientre

y en estas manos,

hechas espera de un recién nacido

que no es mío,

pero que es mío para siempre.”

Autor: Hermanas Hijas de San José (Madrid)