¿Comprar o no comprar?, tal vez esa es la disyuntiva que hoy por hoy, el ciudadano de a pié tiene al momento de adquirir ciertos productos cuyo valor varía de un comercio a otro. El doctor Héctor Polino, titular de la Asociación “Consumidores Libres” recomienda “al consumidor no solo comparar precios sino comparar tambien la calidad con la cantidad. Porque por estrategias de marketing, grandes empresas presentan el mismo producto con pequeñas variaciones de de gramos y le cambian el precio.”
“Camine, señora, camine”, una frase que se popularizó allá por los 90. La frase quedó instalada y hoy la clase media hace uso de esa estrategia para no perderle pisada a la inflación: visita al menos 5 puntos de venta a los fines de conseguir la mejor relación precio-calidad, se hizo adicta a los cupones de descuento y considera que los productos sin descuentos o promociones están sobrevaluados.
Según un último estudio de la consultora CCR, la búsqueda de ofertas, promociones y descuentos se instaló como la principal estrategia adaptativa de los consumidores, quienes hacen un culto del “rebusque” como producto de la inflación y percepción de pérdida de poder adquisitivo.
En diálogo con Radio María, El doctor Héctor Polino, titular de la Asociación “Consumidores Libres” subrayó que, “lo positivo es que los consumidores han ido tomando conciencia acerca del poder que tienen cuando actuan coordinadamente” y “en estos últimos 20 años ha habido un enorme avance en cuanto al reconocimiento de los derechos de usuarios y consumidores.”
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