“Es tiempo de buscar la misericordia haciéndonos cargo de la necesidad del otro”, padre Fernando Cervera

18/07/2019 – En esta nueva edición del ciclo de espiritualidad ignaciana, el padre Fernando Cervera continuó reflexionando en torno a la bienaventuranza de la misericordia.

Tomando el punto 8 del documento del papa Francisco “Misericordiae Vultus”,  el sacerdote jesuita afirmó que  “Jesús leía los corazones y veía lo que necesitaban, respondía a sus necesidades mas reales”.

El padre Fernando destacó que en esta frase se da el nudo de lo que queremos destacar: necesidades del corazón que pasan por el sufrimiento de la culpa y necesidades del corazón por sufrimientos de todo tipo que la vida nos va dando y uno se los va creando.  La misión de Jesús es mostrar esta misericordia del Padre, pero que a la vez sea la fuerza, la dinámica que acompañe todo vinculo humano.

“Sin el testimonio del perdón, sin embargo, queda sólo una vida infecunda y estéril. El perdón es una fuerza que resucita una vida nueva e infunde el valor para mirar el futuro con esperanza. Es tiempo de retornar a lo esencial para hacernos cargo de las debilidades y dificultades de nuestros hermanos con el perdón. Buscar la misericordia haciéndonos cargo de la necesidad del otro, saliendo a servir, buscar conciliar y reconciliarnos.”, reflexionó.

En la persona que sufre y que tiene una necesidad, ahí tiene que estar el cristiano, la iglesia de manera especial,  “después viene la etapa de denunciar, de mejorar las estructuras, de tratar de producir cambios que reflejen que esa misericordia tiene que tener influencia en los criterios con los que hacemos las cosas, pero lo primero es acercarme a la carne herida, esa es una misión que tenemos todos los cristianos, no es que yo tengo que ir a un grupo misionero para hacer obras de misericordia, sino que es la misión que tenemos todos”, afirmó el padre Fernando.

Hacerse cargo de la necesidad del otro aceptando nuestras limitaciones

A veces nos buscamos a nosotros mismos cuando nos acercamos a otros, nuestras heridas influyen en el acercamiento al otro. Lo hacemos desde nuestros prejuicios, de nuestros juicios previos, de lo que al otro le pasa o necesita para sacárnoslo de encima o para resolver nuestra ansiedad, eso es personal, no sé que siente el otro, no sé que necesita. La escucha y el discernimiento son sumamente necesarios para saber cómo debe ser nuestro servicio, cuándo y en qué medida.

No tenemos que tener miedo de equivocarnos cuando vemos necesidades evidentes.

Hacerse cargo de la necesidad del otro, sin necesidad de meterse en cosas que el otro ni necesita, ni pide, ni ha manifestado. Salir de la propia comodidad y ayudar en lo que el otro no puede, no pretender adueñarse, ni cubrir, ni dirigir cosas que no son las que estamos llamados a hacer según la necesidad.

Anselm Grün señala actitudes importantes en este querer servir a los otros, en este transmitir y trabajar por la misericordia. Lo primero que dice es alabar y aceptar, alabar es gozar, disfrutar, es mirar a Dios que nos da los dones y nos da la vida. Aceptar las limitaciones que tenemos. Lo segundo es escuchar y discernir. Escuchar aunque sea la mirada que nos habla, escuchar y discernir lo que Dios nos dice a través de las personas.

Cuando Jesús nos dice “Bienaventurados los misericordiosos porque alcanzarán la misericordia” alcanzarán esto: el gozo de poder dar, como la misericordia nos invita a hacerlo, porque hemos recibido, perdonar porque hemos sido perdonados. No hay que olvidarnos de lo que hemos sido misericordiados.

Te invitamos a escuchar, al inicio de esta nota,  el ciclo completo del padre Fernando Cervera.

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