Escuchar al cuerpo

miércoles, 11 de noviembre de 2009
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Ya es cada vez más frecuente escuchar, incluso dentro de las conversaciones domésticas, cuando alguien se enferma, alguien arroja alguna que otra interpretación ligada al aspecto emocional. De la misma manera, cuando alguien está muy nervioso, o angustiado, o estresado, siempre algún amigo le dice ‘tratá de calmarte’ o ‘bajá un cambio’ o ‘desacelerá, porque te vas a enfermar’.
En una época esto estaba muy presente en la lectura popular de la enfermedad. Nuestras bisabuelas, nuestras abuelas, sabían leer el cuerpo en términos emocionales y sabían cuales eran también la correspondencia de las emociones en términos de salud o de enfermedad. Después hubo un paréntesis muy largo. Y ahora está volviendo a hacerse otra vez esta lectura respecto de determinadas emociones, experiencias vividas: el cuerpo acusa recibo de estas vivencias y sentimientos.
Volvemos sobre este tema porque creemos importante ponerlo en su lugar: no es fácil interpretar la enfermedad. Tampoco es fácil interpretar la salud. Aquí estamos hoy con quienes se especializan en esto.

GL: ¿Podríamos hablar un poquito sobre el cuerpo? ¿Cómo es que el cuerpo expresa somáticamente lo que es en principio de una naturaleza no somática, o intangible, como pueden ser las emociones, las experiencias vitales, las experiencias existenciales o traumáticas? ¿cómo llega esto que parece intangible a hacerse ‘soma’, es decir, hacerse ‘cuerpo’? ¿cómo llega al cuerpo? ¿está probado?. Si lo está ¿es a través de investigaciones?

SMV: Un oyente que acaba de comunicarse preguntó si puede enamorarse y tratar de no estarlo. Ese es un buen ejemplo de la división que uno crea entre el cuerpo y lo que piensa, porque ‘intentar no estarlo’ es una idea: si yo me enamoro me pasa algo, siento. Eso que me pasa , esto que siento, ¿dónde lo siento? En el cuerpo. Y empiezo con la cabeza, con la idea, a pelearme con lo que siento. Y ahí se genera la división entre lo que siento y lo que está en el cuerpo, y lo que yo pienso, y lo que quiero. Y esta pelea, que tiene raíces culturales yo diría, porque “pienso, luego existo”, en realidad “existo, y porque existo pienso”. Y esto en la realidad no es así. Somos todo uno. Entonces, mientras más uno, más enteros podemos estar –que esté junto lo que me pasa en el cuerpo, lo que siento, y a eso unir mi pensamiento-, mejor vamos a estar en la vida. Cuando nos empezamos a dividir y empezamos a querer cosas que no son las que me pasan y las que tengo, genero enfermedad.

AL: O también a veces la enfermedad me viene a avisar eso: que tengo un cuerpo, que soy entera y que vivo en relación con otros

GL: Ahora: la vivencia es que no siempre se ponen de acuerdo: que lo que siente no se corresponde con lo que se quiere, propio de la voluntad, fruto de la inteligencia. Por ejemplo: yo quiero estudiar, pero a la mañana el cuerpo no me responde. Quiere dormir, y yo quiero estudiar. El cuerpo no sabe nada de mi intención de ser profesional o lo que sea.

SMV: Ese es un ejemplo muy claro, porque siempre queremos manejar desde la cabeza todo lo que nos pasa, y sólo por la cabeza. Y es más: lo que me pasa, me pasa entera. Y querer manejar todo desde lo que ‘debo hacer’, eso tiene que ver con las cuestiones culturales, que nos empezamos a dividir y a no poder o querer escuchar lo que nos pasa en el cuerpo sino solamente lo que nos pasa por la cabeza.

GL: Y en el ejemplo que dí ¿cómo se hace integrar lo que el cuerpo me pide y lo que quiero o debo hacer que es estudiar?

SMV: Ahí hay tres cosas: 1º: siento que a la mañana tengo sueño, 2º pienso que tengo que estudiar, porque para eso estoy en Córdoba: para estudiar y recibirme, 3º ¿qué hago? Cuando uno está entero, está unido a las 3 cosas: lo que siento, lo que pienso y lo que hago. Ahí lo puedo resolver por la voluntad. Por ejemplo ¿vos creés que esta mañana yo tenía ganas de venir para acá? ¡Ninguna!: hace frío, tenía sueño, vivo lejos… Pero me encantaba la posibilidad de estar en la radio…en fin: había otras cosas. Entonces evalué y ví lo positivo, y vine. Pero estas son situaciones muy simples. Vayamos a otros ejemplos de situaciones más complicadas: Puse una empresa, pienso que tengo que ser ‘el mas’, entonces trabajo mañana, tarde y noche, y no escucho a mi cuerpo que me dice ‘tengo sueño, no quiero ir, estoy cansado’, y puedo terminar con un infarto. Y ahí sí debería saber escuchar al cuerpo, porque el cuerpo te avisa cuándo parar. Si uno no escucha el mensaje, se enferma.

GL: ¿qué pasa cuando el cuerpo quiere parar ‘siempre’? es decir, vive con fiaca, con ganas de ir detrás de lo que siente todo el tiempo (es una problemática cultural) y no tolera ninguna clase de exigencia, de pauta. Parece que solo pidiera placer, o descanso ¿Se va del todo? ¿va a terminar en cualquier cosa? ¿Este es el imperio del ‘me da la gana’? ¿o en algún momento se desquita, se consuela de una buena vez y empieza a disciplinarse un poco? La imagen es que si dejamos o nos ponemos de acuerdo con lo que nuestros impulsos físicos nos piden a través de la vivencia, no iríamos nunca a la escuela, ni al trabajo y cosas por el estilo. ¿qué le pasa a la gente que le pasa eso?

SMV: Esa es una imagen como cultural en el sentido: ‘el cuerpo como reservorio de los placeres, de la lujuria, de la falta de límites’, entonces, ‘yo lo tengo que disciplinar o dirigir o llevarlo por la senda del bien desde las ideas y la voluntad’. Y no es tan así: este temor a que si yo aflojo la voluntad, si doy algún permiso de algo, lo que va a salir desde el cuerpo es siempre peligroso. Y no es así. Es como si yo te dijera: si vos dejás de pensar en cómo tenés que respirar, el cuerpo va a dejar de respirar. Y no es así: el cuerpo sabe respirar. Y el cuerpo no solo sabe de placeres, el cuerpo sabe de todo, fundamentalmente sabe de lo que uno necesita. Hay una sabiduría ‘organísmica’. Entonces el cuerpo no solo te lleva por el mal camino. También te lleva por el bueno.
Por supuesto que si tal vez una persona no quiere levantarse de la cama, tal vez lo que tiene es una depresión. Y si tal vez se pone a pensar en qué le está pasando que no quiere levantarse los domingos por ejemplo, descubre que está deprimido. Está siguiendo el cuerpo y está entendiendo lo que le está pasando. Si alguien está tirado en la cama y no se quiere levantar, tiene una enfermedad, ya estaríamos hablando de una patología.

AL: La historia es ver qué me pasa y cómo me está pasando lo que me pasa. Porque cada órgano y cada sistema de nuestro maravilloso cuerpo funciona con su tarea perfectamente, y con una perfecta intercomunicación entre ellos. Si nosotros tomamos una célula nuestra, es también cómo funcionamos socialmente: una célula hace su tarea, necesita, pide, da lo que tiene, y se lo comunica a las otras. Esto es también cómo vivimos nosotros: si funcionáramos desde donde nuestro cuerpo nos pide, qué necesita, y también en relación con otros qué tomo y qué doy, sería perfecto. Porque nuestros órganos y los sistemas conocen los límites. Cada uno tiene sus momentos óptimos y su disfunción. Y lo comunica.

GL: A veces los mensajes del cuerpo pueden ser ambiguos. Por ejemplo “tengo sueño” pero al mismo tiempo “tengo ganas de ir a tal lado”, o me duele algo, pero no sé ni qué ni dónde, solo se que me siento molesta, o los chicos que a la mañana no quieren ir a la escuela, pero una vez que están en la escuela se sienten bien. Entonces los mensajes no siempre son tan lineales. A veces la experiencia de lo caótico que viene del cuerpo, el miedo de que si yo le hago caso al cuerpo se derrumba toda una filosofía de vida viene quizá o de lo ambiguo, o de lo cambiante que son los mensajes del cuerpo. Entonces a veces no es fácil encontrarle la pista del lenguaje profundo del cuerpo , más allá de todas sus dispersiones que puede tener. ¿O el cuerpo sabe lo que quiere en cada momento y uno está leyendo mal?

AL: El contacto de nuestro saber conciente, de nuestro darnos cuenta con el cuerpo es lo que es difícil, y tiene que ver como con la “gimnasia” que uno haga de eso: si uno lo ejerce, si aprende a contactarse, puede leer y entender más fácilmente lo que va diciendo el cuerpo. Con los chicos, los que ayudan a leer son los padres- Por ejemplo: con el deseo quieren seguir viendo televisión, pero uno ve que los ojitos se le cierran. Allí son los papás los que leen el cuerpo de su hijo. Si sacan los estímulos y los mantienen un poquito relajados en un ratito los chicos se duermen. Así también funcionamos nosotros: como deseamos cosas, a veces forzamos. O a veces al revés: me duele la espalda, pienso que tengo algo, que tal vez necesito un descanso, voy al médico y me dice que en realidad lo que el cuerpo pide es gimnasia aunque uno sienta que no tiene ganas. Hay una serie de signos: no tengo ganas, pero me voy desvitalizando, me duele cada vez más, etc. Cuando voy a hacer gimnasia y veo que no me duele más, que estoy mas energizada, me doy cuenta de que eso es bueno y lo sigo haciendo porque así me siento bien. Tiene que ver con el proceso también: tengo que tener juntas la respuesta correcta y la voluntad. Eso de que si no tengo ganas pero cuando voy me siento bien: pruebo, me escucho, me gusta haberme escuchado, es un proceso. No hay respuesta correcta, perfecta e instantánea. Esto de tener confianza en que el mensaje que el cuerpo me está diciendo, aunque me duela o esté con fiaca, aunque el mensaje sea desagradable, aunque el mensaje no coincida con el deseo o la voluntad, sirve para hacer un movimiento de recomienzo en mi. Es esto de ser entera.

GL: El tema de la enfermedad, que se nos presenta como algo terrorífico, desagradable, maligno, negativo ¿puede tener algo de positivo desde esta perspectiva?

SMV: Creo que sí, porque creo que es el mensaje mayor que podemos recibir. La enfermedad es un “desequilibrio a equilibrar” algo que me está pasando. Hablamos de la persona que está transcurriendo este proceso de la enfermedad. Hablamos de la persona enferma, porque con lo que le han diagnosticado, algo le pasa. Hay que ver entonces, con esta enfermedad que tenga, cómo lo vive esa persona, qué le ha pasado a partir de eso

GL: ¿No podemos correr el riesgo de volvernos un poco locos -de exigentes, de obsesionarnos con la lectura de la enfermedad- de estar leyendo todo el tiempo qué mensaje me da el cuerpo con –por ejemplo- un ataque de hígado, o una osteoporosis? ¿cómo hacemos para leer estos mensajes?

SMV: Una forma es hacer una sesión de terapia. Por otro lado, la enfermedad es un excluido en este mundo: uno se la quiere sacar de encima. El primer paso viene por decirle que sí, porque el problema está en la actitud que la mayoría tenemos con respecto a las enfermedades, es de rechazo, no de aceptación. Creo que en este caso la férrea actitud de oración sirve, porque la actitud de oración es una actitud de aceptación, y la actitud de aceptación sirve: relaja, saca la ansiedad –que es una de las cuestiones que más enfermedades trae-, entonces el aceptar esto que me toca y que me vino es, como actitud de base, sanadora. Y desde ahí, es contactarme con qué me está pasando en la vida, qué me está trayendo esto. Si lo hago desde la actitud de aceptación, no me volvería loca. Si lo hago desde la actitud de pelearme, si nos ponemos obsesivos ‘buscándole la quinta pata al gato’ eso si es como volverse un poco loco.

LE HE PRESTADO LA MANO A JESUS, EL QUERIA ESCRIBIR DE SU LUZ
Y ES POR ESO ME OLVIDO DE MI, Y LO DEJO QUE ESCRIBA
ME HAGO A UN LADO Y LO DEJO ESCRIBIR, ES HERMOSO MIRARLO ESCRIBIR
Y ME NIEGO A MI MISMO, Y CONVIENE QUE GUARDE SILENCIO

PORQUE PUEDO APRENDER DE LAS COSAS QUE TIENEN SENTIDO
Y NOS SIRVEN DE MUCHA EXPERIENCIA QUE UNO HA VIVIDO
OH SEÑOR PON TU LETRA EN TU SON, PON TUS DICHOS EN ESTA CANCION
HACE FALTA ESCUCHARTE OTRA VEZ, PARA SENTIRSE VIVO

Y ME SIGO DEJANDO LLEVAR, NO QUERIA QUE HUBIESE UN FINAL
Y ES QUE CADA PALABRA QUE ESCRIBE, ME LLENA LA VIDA
EL JESUS QUE UNA VEZ CONOCI, SE QUEDO CONMIGO A VIVIR
YO NOCAMBIO PORNADA DEL MUNDO, ESTA GRAN ALEGRIA

PORQUE PUEDO APRENDER DE LAS COSAS, QUE TIENEN SENTIDO
Y NOS SIRVEN DE MUCHA EXPERIENCIA, QUE UNO HA VIVIDO..
OH SEÑOR PON TU LETRA EN TU SON. PON TUS DICHOS EN ESTA CANCION
HACE FALTA ESCUCHARTE OTRAVEZ, PARA SENTIRSE VIVO..

GL: conozco personas que andan todo el día queriendo leer el cuerpo con el ánimo de tener un cuerpo perfecto, cada vez más inmune a la enfermedad, y entonces entran por el lado de lo psicológico, de lo espiritual, pero con éste objetivo. Y creo que es peor que el que va al médico y le dice ‘dígame qué tengo’.

SMV: es peor, y es seguir con la manipulación para que las cosas sean como yo, desde la idea, tengo que tienen que ser.

GL: La enfermedad es un mensaje. Me está queriendo decir algo. El primer paso frente a ese mensaje es la aceptación, aunque a veces es difícil. Es todo un trabajo, porque a veces nos viene a romper muchos planes, proyectos. Supongo que el costo que tiene aceptar la enfermedad sigue aumentando en estas últimas décadas. Me parece que hace 100 años atrás aceptar la enfermedad. ¿Cómo leen ustedes este rechazo a la enfermedad, esta falta de ubicación frente a la vida? Me parece que a veces creyéramos que somos eternos, como si nunca nos fuéramos a enfermar, y mucho menos a morir. Entonces, cuando viene la enfermedad, lo vivimos como una catástrofe, cuando en realidad, la enfermedad forma parte de nuestra vida desde siempre-

SMV: Todos somos finitos: en la vida también está presente la muerte. Para mí esto tiene que ver con lo social y cultural. Antes vivíamos más en contacto con uno mismo y con la naturaleza que nos rodeaba. Y ahora esto pasó a ser que el poder está en la cabeza, en los deseos, y no en cómo voy a hacer eso que deseo. Nos olvidamos del cuello para abajo, con el cuerpo, que nos debe acompañar para esas cosas. Esto tiene que ver entonces con no vivir en contacto con la naturaleza de uno mismo y con lo que vive.

GL: El cuerpo parece ser un receptáculo, un depósito, un libro donde está inscripta nuestra trayectoria. Conocí una experiencia de una persona, donde activando, trabajando sobre un sector del cuerpo, pude comprobar cómo se actualizan vivencias sumamente antiguas, en este caso vivencias intrauterinas, que de pronto se vuelven concientes, o muy intensas con su carga emocional, en este caso de angustia. Es el caso de una persona que en el momento de reproducir la vida intrauterina, siente una angustia muy grande, y a la hora de nacer pide perdón por nacer. Como desconocía de dónde podía venir esa experiencia tan angustiante, comienza a indagar en su familia hasta que se entera de que en realidad había sido gemela de otra persona, y había convivido muchos meses en ese útero con un bebé fallecido. Entonces a la hora de nacer, el pedido de perdón es por abandonar a su hermano muerto. Me impresionó cómo el cuerpo puede activar un recuerdo que está totalmente fuera del ámbito de la conciencia, del pensamiento. ¿Es así? El cuerpo ¿alberga experiencias inconcientes desde que era muy chiquito? ¿O alberga experiencias inconcientes porque no se las hizo concientes en su momento, porque eran traumáticas o por lo que fuera? Es decir ¿el cuerpo guarda todas esas memorias?

SMV: Sí, porque además hay en las que uno no tiene raciocinio o memoria conciente así como la vemos de adultos. Entonces todas las experiencias quedan inscriptas y van a florecer después en las actitudes. En este caso surgió por un trabajo que hicieron para activar este centro,. Pero a veces vemos esto en la gente en las posturas corporales, o en los gestos, o en las actitudes, y reacciona por ‘grabaciones’ que tiene en el cuerpo. Recuerdo el caso de una chica que cuando una persona se le acercaba tenía la actitud de retraerse. Era una chica que durante la crianza había sido muy castigada. Y su actitud de retraerse no era ‘pensada’ sino que el mismo cuerpo era el que tenía ese gesto. Esas son las grabaciones que quedan en el cuerpo. Ahora, también se trata de que el cuerpo como tal, como organismo, tiene su mensaje. De entrada tiene su mensaje precioso de cómo todos los órganos trabajan coordinadamente en función de una totalidad. Ningún órgano se siente más importante que otro. Los humanos pensamos que el cerebro o el corazón son los órganos más importantes. Pero si se nos gangrena el dedo gordo del pie, vamos a ver lo que puede un dedo gordo: te puede matar. Los órganos, por sí mismos, no se sienten unos màs importantes que otros. Cada uno está diseñado para cumplir una función y lo hace de la mejor manera, porque sabe, sin que nadie lo dirija desde afuera, y lo hace en función de la totalidad. Ese sería un modelo divino que vale la pena imitar para comprender y para gobernar por ejemplo, para vivir un modelo social de grupo precioso. Ninguno se siente más importante que otro y ninguno siente que su función no sirva. El riñón se desarrolla como tal, tiene una ‘autoestima’ de riñón y no intenta ser cerebro. Además, cuando un órgano se enferma, todos los demás acuden en su auxilio. Y si te sacan un órgano, el otro compensa, todo el cuerpo se une con el fin de vivir sin este órgano. Es un ejemplo de trabajo en grupo, cooperativo, que emociona.

GL: Me gustaría que nos den algunas herramientas para leer nuestros sentimientos acumulados en algún sitio de nuestros órganos, o los malestares de determinados órganos, a qué ámbitos de la vida emocional puede conducirnos.

Si yo miro el fondo de tus ojos negros se me borra el mundo con todo su infierno.
Se me borra el mundo y descubro el cielo cuando me zambullo en tus ojos tiernos.

Ojos de cielo, ojos de cielo, no me abandones en pleno vuelo.
Ojos de cielo, ojos de cielo, toda mi vida por este sueño.
Ojos de cielo, ojos de cielo… ojos de cielo, ojos de cielo…

Si yo me olvidara de lo verdadero, si yo me alejara de lo más sincero,
tus ojos de cielo me lo recordaran, si yo me alejara de lo verdadero.

Si el sol que me alumbra se apagara un día y una noche oscura ganara mi vida,
tus ojos de cielo me iluminarían, tus ojos sinceros, mi camino y guía.

Respuestas a inquietudes de los oyentes
– Hay veces que personas viven una angustia permanente, y piensa ‘si sigo viviendo así me voy a enfermar’. Es decir, están escuchando al cuerpo y no saben qué hacer o dónde poner toda esa angustia.

SMV: Se me ocurre como orientación en ese caso que la persona busque hablar con alguien, que no se quede solo. Estar angustiado y solo no es una buena combinación. No sé cómo se puede resolver ese problema si además es familiar, si es de pareja o de familia, no es solamente problema de él. La soledad multiplica la experiencia de la angustia.

– Hay quienes hablan de ‘la parte izquierda’ ¿Hay alguna cuestión sobre esto?

SMV: Nosotros no somos médicos, y trabajamos con un diagnóstico médico. Entonces esto suena como a brujería: ‘a mi me duele la panza, ¿qué hago?’. Creo que es bueno cuando a uno le pasa algo con algún órgano, primero ir al médico por el diagnóstico. Luego, fijarse qué hace ese órgano, para qué sirve, y qué tiene que ver eso con su personalidad. Por ejemplo: esto del ‘colon irritable’ es algo muy común y es psicosomático. Los gastroenterólogos mandan mucho a hacer terapia a sus pacientes con esta patología. Una cosa simple: el proceso digestivo básico lo hace el intestino delgado, el intestino absorbe los nutrientes necesarios. El intestino grueso tiene la capacidad de absorber los líquidos que quedan, y tiene la flora que tiene toda la defensa del organismo, y la posibilidad de fabricar la caca y eliminarla. El colon no solo recepta. También elimina. Entonces, en mi carácter, en mi vida ¿soy capaz de sacarme y deshacerme de las cosas que no sirven? ¿estoy resentida, por ejemplo, porque en la adolescencia me trataban mal en la escuela, y guardo ese resentimiento? ¿Soy capaz de poder dejar de estar resentida –que no es lo mismo que sacarme esta bronca y empezar a insultar?

HABLA EL ALMA Alejandro Lerner
Habla el alma que hay en mi, la que ríe la que espera
La que se ira cuando muera o me canse de vivir

Habla el alma que hay en mi, la que mira desde adentro
La que sabe cuando miento, cuando sufro , y cuando soy feliz

Habla el cuerpo que hay en mi, el que sufre los errores
El que bajara escalones si no creo en lo que soy

Habla el alma que hay en mi, la que le enseña a mi cuerpo
Alejarse del infierno acercándome al amor

Y habla el tiempo que hubo en mi. Buenos y malos momentos
El que encontró serena componiendo esta canción