Espiritualidad: Voluntad, ¿motor de cambio?

viernes, 25 de agosto de 2017

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25/08/2017- Con frecuencia, cuando queremos modificar actitudes, hábitos o aspectos de nuestra personalidad, apelamos a la fuerza de voluntad. Pero, ¿qué es? ¿De dónde viene? ¿Cómo “funciona”? El pasado martes en el ciclo de Espiritualidad Ignaciana y Discernimiento Cotidiano, el P. Fernando Cervera habló sobre esta fuerza y la posibilidad de cambiar actitudes si contamos con ella.

En determinados momentos de nuestras vidas pueden aparecer situaciones que nos enfrentan a la necesidad de cambiar actitudes o formas. Esto se convierte en un desafío grande ya que expresamos el deseo de hacerlo pero muchas veces las ganas no nos acompañan y el concepto de voluntad aparece como si fuera algo mucho mas diluido. Cuando abordamos este emprendimiento desde lo espiritual, lo primordial que el P. Cervera nos propone es reconocer que la voluntad no es algo simple. “Si la tomamos como algo accesible, vivimos fracasando porque es una fuerza grande la que necesitamos para movilizarnos a cambiar”, dijo el sacerdote.

Una de las principales herramientas que San Ignacio propone para fortalecer la propia voluntad es la disposición a la gracia de Dios, el “deseo de deseo” que necesito pedirle cuando reconozco que hay una nueva postura que debo tomar porque es algo bueno para mi vida, pero mi querer no es tan fuerte como para llegar a emprenderlo solo. A su vez, los ejercicios espirituales nos hacen ver que si no defino un sentido, un objetivo, o no sé claramente hacia dónde debo moverme, es difícil que esta fuerza aparezca. “La voluntad exige entrega, empeño, abnegación y abandono de mis egos para dejar que este querer mío y de Dios para mi vida pueda tomar forma”, indicó el P. Cervera.

Otra manera de pensar en la voluntad es desde la autoayuda. Desde esta postura, indicó el sacerdote, hablamos de “buena voluntad”, que consiste en abrirse a la ayuda de otros. Esto muchas veces se da como una actitud de abnegación cuando ya nos sentimos rendidos, cansados o derrotados, y finalmente dejamos nuestra autosuficiencia para disponernos a la actitud más humana que podemos adoptar: dejarnos ayudar por quien tenemos al lado. Si bien esta es una visión que apunta a lo psicológico, indirectamente San Ignacio apela a esto cuando invita a poner animo y liberalidad, con una apertura generosa a los medios que Dios me puede brindar.

Para profundizar más en la temática podés escuchar la entrevista completa haciendo clic en la barra de audio debajo del título.