Estén siempre alegres en el Señor

viernes, 11 de octubre de 2013
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11/10/2013 – La catequesis de hoy fue transmitida desde la ciudad de San Salvador de Jujuy. En el marco de la misión de Radio María en el Noroeste argentino, el Padre Javier Soteras hizo un fuerte llamado a vivir la alegría en medio de las dificultades de la vida.

Descubrir la alegría que permanece

"Estén siempre alegres en el Señor; se lo repito, estén alegres y den a todos muestras de un espíritu muy abierto. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; antes bien, en toda ocasión presenten sus peticiones a Dios y junten la acción de gracias a la súplica. Y la paz de Dios, que es mayor de lo que se puede imaginar, les guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, fíjense en todo lo que encuentren de verdadero, noble, justo, limpio; en todo lo que es fraternal y hermoso; en todos los valores morales que merecen alabanza. Pongan en práctica todo lo que han aprendido, recibido y oído de mí, todo lo que me han visto hacer, y el Dios de la paz estará con ustedes". Fp 4, 4-9

Si hay un signo de que la esperanza vive en el corazón del cristiano es la alegría. El corazón lleno de gozo es el que tiene claro cuál es su destino y cuál la promesa de la cual Dios tiene prendida el alma hasta su cumplimiento. Por eso las pruebas, las demoras y todo lo que va intentando atentar contra las promesas de Dios, no puede vencer la alegría porque el Señor nos alienta. Sabemos donde tenemos puesta nuestra meta dice el apóstol, por eso nuestro corazón se llena de alegría. La esperanza en medio de la fragilidad del discípulo es grande. Se trata de una fuerza que viene de lo alto, una virtud teologal.

En medio de los sin sabores y las persecuciones, se puede mantener la alegría y la esperanza. El contexto en el cuál Pablo pone letra a este deseo de que la esperanza se instale en el corazón de los Filipenses, es desde la cárcel, donde está perseguido. Alégrense en el Señor, se los repito de nuevo, estén siempre alegres. No está ni en un spa ni de vacaciones y sus condiciones no son las mejores. Sin embargo, hay una fuerza más grande,y aún en las dificultades, sabe que el Señor está cerca.Y si Dios está con nosotros ¿quién estará contra nosotros?” Rom 8, 31. El mismo San Pablo dirá que ni siquiera las pruebas, la aflicción, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros ni la espada podrán separarnos del amor de Cristo (Rom 8, 35), porque “en todo hemos sido beneficiados en Cristo Jesús”.

¿Cuáles son los motivos por los cuales cuando me miro al espejo, me doy cuenta que se me ha entristecido el corazón? Quizás podamos encontrar muchos motivos: salud, la convivencia familiar, motivos sociales y culturales, desencantos… Son todos motivos que hasta podrian justificar que al mirarnos al espejo no encontremos una cara contenta. Sin embargo ningun motivo puede quitar la alegría profunda del corazón:el Señor está cerca. Está cerca de tu corazón, de tus afectos, está en medio de tus cosas, y forma parte de tus que haceres, en tu convivencia matrimonial… El Señor está contigo.

 

La alegría y la paz van de la mano

La alegría cristiana no es euforia, sino que es una alegría que brota en la cruz. “Estén siempre alegres en el Señor; se lo repito, estén alegres y den a todos muestras de un espíritu muy abierto” le dice San Pablo a los Filipenses… y el apóstol está en la carcel. Es desde el misterio pascual que brota la alegría. En medio de la cruz y de la prueba, la pascua del Señor es paz. La alegría cristiana es una alegría en paz. Es una sonrisa entremezclada con el llanto, el dolor, y las tantas razones que tendremos. Sin embargo en medio de ello el Señor está presente. Y cuando Dios está presente, la alegría y la paz son lo signos de su presencia.

Después de la crucifixión de Jesús, los discípulos se dispersan, se encierran… se sienten desilusionados y fracasados. Ellos están descreídos. Es un escenario opaco y lleno de tristezas, tienen el corazón signado por el fracaso.Nosotros esperábamos que sería él que iba a liberar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó” (Lc 24) dicen los discípulos de Emaús, quienes se cree que serían un matrimonio. Al igual que ellos, muchas veces nosotros también vamos cabizbajos, desilucionados y con la sensación de que hemos perdido el rumbo.

El Señor de a poquito, y con mucha paciencia, a través del diálogo, les va calentando el corazón y poniendo en el alma el fuego que habían perdido. Al partir el pan, comienzan a entender las escrituras yse les abrieron los ojos, y ahí descubren que aquel que venía caminando con ellos era el Resucitado. Entonces, salieron corriendo a contarle al resto de los discípulos,es verdad ha resucitado.

En este día, nosotros queremos hacer experiencia del Resucitado en medio de nuestras penas, nostalgias, fracasos y desilusiones… queremos pedirle al Señor que la alegría de Jesús sea el gran motivo que guíe hoy nuestras vidas. Que junto con el apóstol podamos descubrir que el gran motivo de nuestra alegría es que el Señor está cerca.

Hoy es el día del Señor

El canto, la oración, un gesto de caridad, una entrega a Dios suele ser suficiente como para tirar una pequeña leña al hogar, soplar un poco y que se reencienda el fuego. Sólo es necesario saber registrarse, darse cuenta que no estamos bien y no tener miedo. El Señor permite la desolación para volver a conducirnos a dónde Él nos quiere llevar, a la confianza en Él. Cuando esté desolado tendré que pensar que en algun momento el Señor vendrá trayendo el consuelo. Dice la Palabra que “El que siembra con lágrimas, cosecha cantando. No hay resurrección sin cruz, y la cruz cuando se la asume bien es generadora de mucha vida. Ponermeen las manos del Señor, y trabajar, y luchas y confiar… saber que Él me está mirando, que Dios está cerca y me mira con ternura:Quiero un corazón contrito y humillado. Por lo tanto, el tiempo de la prueba, es un tiempo que bien vivido en el Señor, produce muchos frutos.

Como dice un cura amigo viejo:el caballo cuando llueve, pone la cola contra la corriente. Diría San Ignacio, ponerle el rostro al momento de la prueba. Es no achicarse, pero no como triunfalistamente se cree el valiente, sino en Dios así como estoy con las alas mojadas por la tormenta, sin poder desplegar todo el potencial de mi ser, con Dios voy hacia adelante.

Hoy la Iglesia celebra albeato Juan XXIII. El tenía una conciencia muy clara,al estilo de Teresita de Jesús, de que Dios da la gracia para el momento:A cada día le basta su afan. En cambio el tentador, para sacarnos de foco, o nos lleva hacia el pasado recordando los errores y fracasos sobreexageradamente borrando la memoria interior de las cosas buenas que Dios hizo en mí, o nos traslada hacia el futuro generando miedo y confusión. La estrategia del mal es sacarnos del presente, porquehoy es el día del Señor. Es cuestión de estar atentos, porque hoy es un día bendecido. Fijate todo lo que hay de lindo en elmundo, de noble, de limpio, de justo, de bello… Para ello hay que hacer un poco de silencio y mirar las cosas con un lente distinto. Silencio y oración para entrar en sintonía con lo profundo.

A veces, nos levantamos y es como si desayunáramos con vinagre. Muchas veces la tele, las películasno son aptas para los chicos”… y tampoco lo son para los grandes. No necesariamente por imágenes escandalosas, sino por la violencia, la bajeza, y cosas que incluso presentadas graciosamente, meten amargura en el corazón. Hay que cuidar de qué nos alimentamos, porque los lentes con los que miramos tiene mucho que ver con lo que entra al corazón.

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Distinguir entre el placer y la alegría

El placer tiene que ver, sobretodo, con cosas que se poseen. Uno tiene el disfrute por cosas que se poseen, sean espirituales o materiales. En cambio la alegría no tiene que ver con poseer, al contrario se puede ser alegre sin bienes. Para entenderlo nos lo ayudan las bienaventuranzas: felices los pobres, los perseguidos, los que luchan por la justicia, los que tienen el corazón limpio…

La felicidad y la alegría no siempre van de la mano de la posesión de bienes. La felicidad que Dios nos trae no la compramos en ningun lado, es un don del cielo, por ende hay que pedirlo. Este estar alegre en medio de las luchas y las pruebas, viene de Dios. Por eso hoy queremos pedirle a Dios la experiencia de un día lleno de alegría. No le pedimos no tener dificultades, porque sería irreal y Dios no nos quiere en un tapper… sino que aunque las cosas vengan torcidas saber que los camino del Señor son otros y siempre más altos. Eso supone que hay que romper con las expectativas que uno tiene de la vida, rompiendo la vasija en la que creemos que podemos contener lo que es bueno, para buscar una mucho más grande porque Dios siempre es más. Si sentimos que la vasija se nos quiebra, es porque Dios quiere hacer algo mucho más grande…. acrecentar la capacidad de amar, más grande mi gozo de estar con Él, más grande mi capacidad de servir, de gozar con mi familia, etc etc. La vida en Dios tiene una dinámica de transformación permanente.

Cuando buscamos agarrarnos de las cosas es porque creemos que la felicidad es el placer y la posesión de un bien. La felicidad es el disfrute mayor de un bien más grande. La Madre Teresa de Calcuta vivía con una alegría inmensa, sin embargo después desu muerte, nos enteramos de que habíapasado 40 años de oscuridad interior. Sin embargo ella era alegre porque sabía que el Señor la acompañaba.

Los grandes sabios de la vida espiritual entienden tan en lo profundo que la felicidad no está en el poseer, saben que vendiéndolo todo no pierden nada y al contrario, compran toda la felicidad. Al descubrir la perla de la que nos habla el evangelio, la persona es capaz de venderlo todo para conservarla. Si Dios está conmigo, no necesito nada más. Dios basta.Alégrense en el Señor. Estén siempre alegres.