18/03/2021 – Autoridades políticas y educativas coinciden en que la presencialidad es un bien que lleva muchos esfuerzos de toda la comunidad, pero que hay que cuidar. No se han generado contagios masivos en los establecimientos y, en general, ha sido muy bajo el ausentismo de los alumnos y de los docentes.
Un estudio del Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde las clases presenciales comenzaron el 17 de febrero, puso en evidencia que con la presencialidad no hubo muchos contagios de coronavirus, que los protocolos son exigentes pero funcionan, y que es un bien que se debe resguardar, incluso ante la llegada de la indeseada “segunda ola” al país.
Con esta evaluación coincidió la presidenta de la Junta Arquidiocesana de Educación Católica (Jaec), Carolina Parma, quien dialogó con Radio María y manifestó su satisfacción y agradecimiento “a Dios y a toda la comunidad educativa” porque los esfuerzos de docentes, alumnos, familias y autoridades han permitido que los chicos vuelvan a las clases presenciales que tanto se extrañaron el año pasado.
Efectivamente, durante 2020, la suspensión de las clases presenciales en todo el país incrementaron las desigualdades en perjuicio de los alumnos que no tienen recursos económicos y tecnológicos ni espacios adecuados para la virtualidad. Por eso hay coincidencia en que vale la pena cualquier esfuerzo para sostener las clases presenciales.
Según el estudio realizado en las escuelas de Capital Federal, de las 700.518 personas que integran las comunidades educativas (entre alumnos, docentes y auxiliares), solo 494 personas (1,09 por ciento) tuvieron que aislarse preventivamente desde el comienzo de las clases. El Ministerio de Educación porteño indicó que de los casos que se aislaron preventivamente por contacto estrecho dentro de la misma burbuja finalmente resultaron ser positivos sólo en un 0,17%. En un mes se confirmaron 1215 casos de coronavirus en las escuelas de la Ciudad. Según el informe, el 60% de los contagios fueron docentes y el 40% restante, alumnos.
La situación sería similar en casi todas las provincias donde comenzaron las clases, lo que habla de la eficacia de los protocolos que se deben respetar. Consultada al respecto, Carolina Parma dijo que, en principio, no advierte la necesidad de grandes cambios en los protocolos, porque el saldo es positivo: “Todos –dijo-, alumnos, padres, docentes y autoridades están haciendo un gran esfuerzo, pero ha valido la pena porque la educación es la única garantía del desarrollo”.
Toda la entrevista puede escucharse haciendo click en la barra de audio.
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