04/09/2018 – El padre Horacio Saravia, profesor de Historia de la Iglesia, y monseñor Sergio Buenanueva, obispo de San Francisco, coincidieron en que es oportuno trabajar por una saludable separación entre Iglesia y Estado, pero que eso no debe incluir un laicismo ideológico que desprecia las expresiones religiosas arraigadas en la devoción popular y en la cultura.
Tanto Saravia como Buenanueva fueron consultados acerca del proyecto de ley presentado días atrás por cinco diputados nacionales del espacio Cambiemos (los radicales Karina Banfi, Brenda Austin, Facundo Suárez Lastra y Alejandro Echegaray, y el macrista Fernando Iglesias), que propone “la remoción de los símbolos e imágenes religiosas instaladas en espacios públicos o edificios pertenecientes al Estado nacional”, y establece que desde la fecha de promulgación de la ley “queda prohibida toda exhibición de símbolos e imágenes religiosas ubicados en aquellos espacios”.
Esta iniciativa se presentó días antes de que estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba obligaran a retirar una imagen de la Virgen María que estaba ubicada en la Facultad de Derecho de esa Casa de estudios, al grito de “Iglesia, Estado, asunto separado”.
El padre Saravia opinó que es necesario separar las dos discusiones, porque una cosa es hablar de la separación Iglesia-Estado, de la necesidad de que el Estado sea realmente laico, y otra cosa es hablar del laicismo que muchas veces ignora o incluso desprecia las expresiones de religiosidad que son del pueblo, de los ciudadanos.
“El laicismo no hace bien en ninguna sociedad y este proyecto de ley es fuertemente laicista”, dijo Saravia. Y agregó: “La Iglesia colaboró con la fundación de la Patria. En toda Latinoamérica la devoción popular siempre ha instalado imágenes religiosas en espacios públicos, por iniciativa de los mismos fieles y no de la jerarquía de la Iglesia”.
Además, recordó que “cuando nació la Patria, no nació ‘a-religiosa’ o antirreligiosa; al contrario, casi la mitad de los congresistas del Congreso de Tucumán, por ejemplo, eran sacerdotes”.
“Por lo general, las imágenes religiosas son donadas y propuestas por la gente de a pie. El proyecto desconoce esto, desconoce que la devoción popular valora mucho estas imágenes. Los promotores del proyecto están desinformados del sentir popular”, concluyó el padre Saravia.
Por su parte, monseñor Buenanueva, dijo que es bueno preguntarse por qué esos símbolos religiosos están donde están. Y se respondió: “Porque los han puesto los mismos ciudadanos allí; somos nosotros los que tenemos que potenciar los valores que implican estos símbolos”.
Además, el obispo de San Francisco consideró oportuno dialogar y analizar en profundidad la posibilidad de retirar imágenes religiosas de los edificios del Estado, pero no de los espacios públicos, porque “los espacios públicos son de la gente, no del Estado”.
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