Jesús, protagonista de nuestra vida

jueves, 19 de enero de 2023

19/01/2023 – Jesús prohibía a quienes eran curados por Él que diesen a conocer el hecho. El no buscaba la alabanza de los demás, sino únicamente el bien de sus hermanos, que era la voluntad de su Padre.

 

Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, y lo siguió mucha gente de Galilea. Al enterarse de lo que hacía, también fue a su encuentro una gran multitud de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la Transjordania y de la región de Tiro y Sidón. Entonces mandó a sus discípulos que le prepararan una barca, para que la muchedumbre no lo apretujara. Porque, como curaba a muchos, todos los que padecían algún mal se arrojaban sobre él para tocarlo. Y los espíritus impuros, apenas lo veían, se tiraban a sus pies, gritando: “¡Tú eres el Hijo de Dios!”. Pero Jesús les ordenaba terminantemente que no lo pusieran de manifiesto.

San Marcos 3,7-12

 

Por Segunda vez oímos en el evangelio de San Marcos que Jesús prohíbe a quienes eran curados por el que diesen a conocer el hecho. Esta actitud de Jesús es radicalmente opuesta a nuestro proceder que muchas veces busca el protagonismo, o hacer ver cuando hacemos algo bueno, que se note. El no buscaba la alabanza de los demás sino el bien de sus hermanos que era lo mismo que la voluntad de Su padre. No era el Mesías como lo deseaba la mayoría del pueblo de Israel: no quería ser el Mesías políticamente poderoso que ellos esperaban.  Pero también lo impulsaba otro motivo muy importante, Jesús es el mesías el enviado de Dios pero no quería serlo como lo deseaba la mayoría del pueblo de Israel, no querida ser el mesías políticamente poderosos que ellos esperaban . El Señor tiene mucho cuidado de esto.

La misión de Jesús no consistía en liderar ningún partido político, por más legítimo que fuera este deseo de parte del pueblo de Israel, pero Su protagonismo pasaba por acompañar a cada persona en el camino de la vida disfrutando de las cosas sencillas, las alegrías y los dolores. Jesús esta en nuestra vida en todo momento.

Este mismo Jesús humilde cercano está ahora con nosotros compartiendo nuestra vida y lo hace de muchas maneras.

A veces uno de nuestros cuestionamientos que podemos hacernos es ¿en estos momentos de dolor en donde está Jesús? ¿Dónde estás protagonizando mi vida en esta crisis, en este dolor? Y Su protagonismo, que es simple y sencillo, nos susurra al oído diciendo “aquí estoy, a tu lado iluminándote aunque no te des cuesta. Te estoy acompañando, alzándote en mis brazos para que no sea tan pesada la situación que te toca llevar. No te asustes, yo estoy con vos.” Ese es el protagonismo que Jesús quiere.

El protagonismo de Jesús es la sencillez, la humildad, el silencio….y allí Dios obra. Cuidado con el entusiasmo de las masas. El seguimiento de Cristo no busca protagonismo, sino hacer el bien.

“Toda la vida de Jesús, su forma de tratar a los pobres, sus gestos, su coherencia, su generosidad cotidiana y sencilla, y finalmente su entrega total, todo es precioso y le habla a la propia vida. El entusiasmo evangelizador se fundamenta en esta convicción.

“Nuestra tristeza infinita sólo se cura con un infinito amor”. ( E. G. 265).

 

265. Toda la vida de Jesús, su forma de tratar a los pobres, sus gestos, su coherencia, su generosidad cotidiana y sencilla, y finalmente su entrega total, todo es precioso y le habla a la propia vida. Cada vez que uno vuelve a descubrirlo, se convence de que eso mismo es lo que los demás necesitan, aunque no lo reconozcan: «Lo que vosotros adoráis sin conocer es lo que os vengo a anunciar» (Hch 17,23). A veces perdemos el entusiasmo por la misión al olvidar que el Evangelio responde a las necesidades más profundas de las personas, porque todos hemos sido creados para lo que el Evangelio nos propone: la amistad con Jesús y el amor fraterno. Cuando se logra expresar adecuadamente y con belleza el contenido esencial del Evangelio, seguramente ese mensaje hablará a las búsquedas más hondas de los corazones: «El misionero está convencido de que existe ya en las personas y en los pueblos, por la acción del Espíritu, una espera, aunque sea inconsciente, por conocer la verdad sobre Dios, sobre el hombre, sobre el camino que lleva a la liberación del pecado y de la muerte. El entusiasmo por anunciar a Cristo deriva de la convicción de responder a esta esperanza»[208].

El entusiasmo evangelizador se fundamenta en esta convicción. Tenemos un tesoro de vida y de amor que es lo que no puede engañar, el mensaje que no puede manipular ni desilusionar. Es una respuesta que cae en lo más hondo del ser humano y que puede sostenerlo y elevarlo. Es la verdad que no pasa de moda porque es capaz de penetrar allí donde nada más puede llegar. Nuestra tristeza infinita sólo se cura con un infinito amor.

 

Le pidamos a Jesús la gracia de que Él sea el protagonista de nuestra vida, en nuestras obras en nuestra fe y que lo dejemos actuar. Que cuando se nos suban los humos aprendamos que a estos hay que bajarlos, pedir más humildad.

 

Dios mío dame un corazón sencillo,
abierto a tus planes Siempre nuevos

y muchas veces desconcertantes.
Se vos el protagonista de mi vida
No quiero aferrarme a mis planes

a mis costumbres y decisiones
Ilumíname y guíame por tu camino

con las manos abiertas a los hermanos.
Señor se vos el protagonista de mi vida,

así te necesito.
Amén.