“La acción que nace de un corazón en Cristo es una acción que todo lo que toca lo santifica”, dijo el padre Javier Soteras

miércoles, 8 de mayo de 2019
image_pdfimage_print

08/05/2019 – Desde la cocina de María, el padre Javier Soteras, director de Radio María Argentina, reflexionó en torno a la exhortación apostólica «Gaudete et Exsultate», sobre el tema de la “La santidad: entre el silencio y la actividad”.

Tu identificación con Cristo y sus deseos, implica el empeño por construir, con él, ese reino de amor, justicia y paz para todos. No es sano amar el silencio y rehuir el encuentro con el otro, desear el descanso y rechazar la actividad, buscar la oración y menospreciar el servicio. (G.E. 25-26)

“Es una tentación que tenemos siempre los cristianos de refugiarnos en la oración, cuando en realidad el verdadero orante lejos de refugiarse en la oración, en la contemplación encuentra los grandes motivos para la actividad en Jesús, para vivir en Él, movernos en Él y en Él existir”. Y completó diciendo que “La acción que nace de un corazón en Cristo es una acción que todo lo que toca lo santifica”, expresó el padre J avier.

“Como decía Santa Teresa de Jesús -recordó el sacerdote- <Dios está entre las ollas>”.

¿Cómo es el vínculo de amor que tenemos con las cosas que hacemos?

En este sentido, indicó que “Lo que hace que el detalle sea lo que marque la diferencia en el camino de la santidad es el vínculo de caridad que tenemos con las cosas que hacemos”.

“Nosotros trabajamos en Dios, en lo de todos los días, lo hacemos en medio de la actividad”. Y aquí recordó lo que decía Madre Teresa: <No importa cuántas cosas hagamos, sino con cuánto amor las hacemos>”.

“Esa relación, actividad – amor, se sintetiza en un gesto particularmente significativo con el que Dios a nosotros nos visita en la actividad de todos los días”, acertó.

Somos llamados a vivir la contemplación también en medio de la acción, y nos santificamos en el ejercicio responsable y generoso de la propia misión. Se olvida que «no es que la vida tenga una misión, sino que es misión». (G.E. 26 – 27)

Al respecto, resaltó que “No es que la vida tenga una misión sino que es una misión”.

Llamados a ser sal y luz

Una tarea movida por la ansiedad, el orgullo, la necesidad de aparecer y de dominar, ciertamente no será santificadora. Nos hace falta un espíritu de santidad que impregne tanto la soledad como el servicio, de manera que cada instante sea expresión de amor entregado bajo la mirada del Señor. Así, todos los momentos serán escalones en nuestro camino de santificación. (G.E. 29-31)

“Los mejores gestos de la tarea de la evangelización nacen del momento de la contemplación. El Papa lo que está diciendo es que es verdad que estamos llamados a ser luz y sal, y que una lámpara no puede ser escondida debajo de la mesa, pero para que la lámpara sea lámpara, tiene que ser encendida en lo oculto, en lo sencillo”, destacó.

“La vida de Cristo estuvo treinta años de silencio”, señaló, refiriéndose a la Casa de Nazareth.

No tengas miedo de apuntar más alto, de dejarte amar y liberar por Dios. No tengas miedo de dejarte guiar por el Espíritu Santo. La santidad no te hace menos humano, porque es el encuentro de tu debilidad con la fuerza de la gracia. En el fondo, como decía León Bloy, en la vida «existe una sola tristeza, la de no ser santos». (G.E.34)

Finalmente, el padre Javier Soteras, nos invitó a “mirar con ojos de Dios toda la realidad”. En este aspecto, recordó un viejo texto que dice así: “<Lo auténticamente humano es realmente cristiano, aún cuando todavía el Evangelio no ha sido proclamado con toda su fuerza, porque hay semillas del Verbo, de Jesús puestas por todo el mundo, y hay gente que sin saber de Jesús, vive en Jesús y está verdaderamente recorriendo caminos de santidad>”, concluyó.