La alegría de lo germinal

jueves, 6 de octubre de 2011
“NO HAY GOTA EN LOS MARES NI FRUTO EN LOS ÁRBOLES NI PLANTA EN LA TIERRA

QUE NO TENGA EN CADA SEMILLA UN ÁNGEL QUE CUIDE DE ELLA” Mahoma

A veces, somos de esas personas que se asombran fácilmente ante las proporciones “macro” que adoptan algunas manifestaciones: nos deslumbramos ante lo gigantesco, y silenciamos algunas intuiciones del corazón que nos dicen que ‘por ahí no va la cosa’, y que tampoco por ahí va la utopía del Reino.

Ante la falsedad del pueblo judío, Jesús dice “¿ven todos estos grandes edificios? Todo se vendrá abajo. No quedará piedra sobre piedra” Mc 12. Treinta años mas tarde los romanos destruían el templo después de una revuelta de fanáticos judíos, y solo quedará un muro para el recuerdo dolorido: el muro de las lamentaciones. Jesús nunca dijo cuándo sería el tiempo preciso en el que esto iba a ocurrir, pero leyó los dinamismos presentes pero subyaciendo en las apariencias brillantes, pero carcomiéndose por dentro. Jesús despliega ante la mirada estupefacta de los discípulos una proyección de conflicto. “Nos vino a aguar la fiesta cuando estábamos disfrutando de la fastuosa magnificencia del templo hablando de que no quedará piedra sobre piedra” Es que a Jesús no le gustan los ‘decorados’.

Antes del fin del mundo habrá toda clase de conflictos, y lo que quiere presentar Jesús para sus servidores es el apoyo del Espíritu y el renacer de la resistencia: resistencia en la esperanza y en la buena noticia.

 

Hoy también va a haber mucha “apariencia a primavera”, pero si afinamos los sentidos, sentiremos el olor de lo que se va carcomiendo por dentro.

Jesús no sopla vientos gélidos sobre nuestro corazón ni sobre nuestra esperanza. Sopla vientos gélidos sobre lo que ya es en sí el germen del invierno.Mario Benedetti lo diría de esta manera:

NO TE RINDAS

No te rindas, aún estás a tiempo de alcanzar y comenzar de nuevo,

Aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,

Liberar el lastre, retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso: continuar el viaje,

Perseguir tus sueños, destrabar el tiempo,

Correr los escombros, y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,

Aunque el frío queme, aunque el miedo muerda,

Aunque el sol se esconda, y se calle el viento,

Aún hay fuego en tu alma. Aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo

Porque lo has querido y porque te quiero

Porque existe el vino y el amor, es cierto.

Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas, quitar los cerrojos,

Abandonar las murallas que te protegieron,

Vivir la vida y aceptar el reto,

Recuperar la risa, ensayar un canto,

Bajar la guardia y extender las manos

Desplegar las alas e intentar de nuevo,

Celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,

Aunque el frío queme, aunque el miedo muerda,

Aunque el sol se ponga y se calle el viento,

Aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños

Porque cada día es un comienzo nuevo,

Porque esta es la hora y el mejor momento.

Porque no estás solo, porque yo te quiero.

Mario Benedetti

 

Pablo Neruda tiene una “oda a la primavera” que empieza diciendo “primavera temible”. Me impactó esta expresión. ¿cómo puede ser ‘temible’ la primavera? Pueden surgir emocionalmente muchas respuestas. Me detengo en una: lo que fue la represión de ‘los indignados’ en España y también en Chile, y sobre cómo se acompañan manifestaciones multitudinarias que pueden incluso devenir en manifestaciones violentas desde la fuerzas de seguridad. Se desplegaron fuerzas represivas mayores a las que yo imaginaba. Una imagen me conmovió: un señor vestido de militar, una figura oscura a la que ni la cara se le veía, con la mirada puesta en el horizonte, como de piedra, y frente a él una muchachita descalza con mirada de dulzura le estaba ofreciendo una flor. El otro como ni dándose cuenta de esto. Pareciera que su rol se lo impide. “Primavera temible”: inocua, indefensa sin armas mas que una sonrisa y una flor, invitante, convocante, no prepotente, temible. Temible porque me quita los borceguíes y se me pueden ver los pies llagados. Temible porque es simple y a mi me gusta ser compleja porque en esa complejidad no se advierte con mucha claridad mi ‘no postura ante la vida’. Temible porque danza, y yo soy pata dura. Temible porque como mi casa ha sido invadida por las flores es capaz de penetrar en el más mínimo agujerito de mi armadura, y no sea cosa que me recuerde que por dentro yo también me muero de miedo de ganas por un niño. Temible como el manso Jesús al mismísimo demonio En “nazareno cruz y el lobo”, él le hace una invitación a una tregua. Le dice “decile a El, a Jesús, que si fuera posible camibar de ocupación. Decile que yo también quiero repartir pedacitos de pan, decile que ya me cansé se ser ‘el demonio’. Temible la primavera: rosa, loca. Llegas imperceptible apenas

 

 ODA A LA PRIMAVERA

Pablo Neruda

Primavera temible, rosa loca, llegarás, llegas imperceptible,
apenas un temblor de ala, un beso de niebla con jazmines,
el sombrero lo sabe, los caballos, el viento trae una carta verde que los árboles leen
y comienzan las hojas a mirar con un ojo, a ver de nuevo el mundo,
se convencen,  todo está preparado,
el viejo sol supremo, el agua que habla,  todo,
y entonces salen todas las faldas del follaje,
la esmeraldina, loca primavera, luz desencadenada,  yegua verde,
todo se multiplica, todo busca palpando una materia que repita su forma,
el germen mueve pequeños pies sagrados,
el hombre ciñe el amor de su amada,
y la tierra se llena de frescura, de pétalos que caen como harina,
la tierra brilla recién pintada mostrando su fragancia en sus heridas,
los besos de los labios de claveles, y la marea escarlata de la rosa.
Ya está bueno!

Ahora, primavera, dime para qué sirves y a quién sirves.
Dime si el olvidado en su caverna recibió tu visita,
si el abogado pobre en su oficina vio florecer tus pétalos sobre la sucia alfombra,
si el minero de las minas de mi patria no conoció más que la primavera negra del carbón
o el viento envenenado del azufre!

Primavera, muchacha, te esperaba! Toma esta escoba y barre  el mundo!
Limpia con este trapo, las fronteras, sopla los techos de los hombres,
escarba el oro acumulado y reparte los bienes escondidos,
ayúdame cuando ya el hombre esté libre de miseria, polvo, harapos, deudas, llagas, dolores,
cuando con tus transformadoras manos de hada y las manos del pueblo,
cuando sobre la tierra el fuego y el amor toque tus bailarines pies de nácar,
cuando tu, primavera, entres a todas las casas de los hombres,
te amaré sin pecado, desordenada dalia, acacia loca, amada,
contigo, con tu aroma, con tu abundancia, sin remordimiento,
con tu desnuda nieve abrasadora, con tus más desbocados manantiales,
sin descartar la dicha  de otros hombres, con la miel misteriosa de las abejas diurnas,
sin que los negros tengan que vivir apartados de los blancos,
adelante, trabajaremos juntos en la futura y pura fecundidad flora.

DE FLOR Y DE FLORES Alejandro Filio

De flor tenía la sombra sobre la camisa pintada de flor la sonrisa
Girando de flor desde el centro brillando de fuera hacia adentro
De flor un día, con pétalo hizo su reino. Con flor sobre flor hasta el cielo
Y se lo llevó tallo adentro bordando de flor el contento

DICEN QUE LAS FLORES SON LAS ARMAS NOBLES QUE JAMÁS PROCURAN LA BATALLA
PERO CUANDO GIRAN ALGO PASA, PUEDEN MUTILAR CON UN SOLO GIRO SI ALGO SE INTERPONE EN SU CAMINO.

De flor la suerte llegó a su jardín una guerra, y así despertó de la tierra
La rabia de la flor al combate girando su flor por delante.
Y fue la historia narrada por flores silvestres que vino a la flor una peste
La que aniquiló tanto sueño de flor y de flores su empeño.

Yo soy, yo soy, yo soy… Soy agua, playa, cielo, casa blanca.

Soy mar atlántico, viento de América,

Soy un montón de cosas santas Mezcladas con cosas humanas.

Como te explico: cosas mundanas

Fui niño, cuna, teta, techo, manta. Más miedo, cuco, grito, llanto, raza,

Después mezclaron las palabras. O se escapaban las miradas. Algo paso no entendí nada

 

Vamos decime, contame, Todo lo que a vos te esta pasando ahora

Porque si no cuando esta tu alma sola llora

Hay que sacarlo todo afuera como la primavera

Nadie quiere que adentro algo se muera

Hablar mirándose a los ojos saca lo que se puede afuera

Para que adentro nazcan cosas nuevas

 

Soy pan, soy paz, soy más, Soy la que esta por acá, No quiero más de lo que quieres dar

Hoy se te da hoy se te quita, igual que con la margarita

Igual al mar, igual la vida,

 

Habíamos anunciado pan para los pobres, liberación para los oprimidos, y llegó el invierno del capitalismo, el neoliberalismo y una economía canalla, excluyente, competitiva, individualista. Los creyentes que buscaban la justicia que nacía de la fe, de la opción preferencial por los más débiles, fuimos sacudidos en nuestra experiencia de Dios. Los que buscábamos que algunas de las tantas utopías que danzaban y peleaban pudieran conquistar un horizonte de esperanza , de dicha, de alegría…Tantos lemas inspiraron nuestros pasos, y después vino la gran tribulación, el gran desconcierto. Vimos multiplicar muchas iniciativas, encendimos, tratamos de ver cuál era la mejor. Todos queríamos sumergirnos en esa savia que tenía fuerza, calidez y prometía conquistar un mundo diferente. Y…no pescamos nada. Trabajamos toda la noche, Jesús, y no pescamos nada. Te creímos algunos, y nos quedamos con las manos vacías.

Estas son las circunstancias que muchas comunidades cristianas vivieron, muchas comunidades de buena voluntad, comprometidas o con la fe, o con la justicia, o con nuevos cielos. Muchos jóvenes embarcaron su vida en los valores que estaban convencidos iban a desembocar en un mundo mas digno, mas justo, mas humano, en un mundo contento. Contento es estar contenido, que la estructura externa no es ni demasiado estrecha como para permitir que la vida se expanda, ni demasiado amplia para que la vida no tenga sostén de ninguna índole y se nos quiebre, se nos caiga.

Hoy nuevamente estamos contemplando esa tierra yerma que ha dejado el materialismo exacerbado, que todo lo redujo a capital, oro, balance, crisis país, bolsa… y aplastó nuestros sueños y nos hizo bajar nuestras más hermosas banderas. Acorralaron no solo nuestros ahorros, sino también nuestros sueños. Pero hoy les invito a mirar la primavera en lo germinal, en estos retoños que realmente repuntan y hay que ser muy miopes para no verlos. Algunas dimensiones novedosas hay de la primavera: la de la Iglesia, la del mundo, la de la humanidad.

Por ejemplo: hay una nueva necesidad de trascendencia que se expresa con fuerza en medio del invierno de la racionalización y del racionalismo secularizante, y se expresa pacíficamente con fuerza esta calidez del pensamiento trascendente: resiste las burlas, las estadísticas, los estudios, las cátedras…y por encima de todo eso –y aunque no lo puede explicar muy bien- sueña con esa trascendencia.

Por todos lados, a veces incluso desviadas en sectas, en grupos –no importa: voy a lo germinal, no a las formas que adoptan- esa certeza también racional, que en medio del laberinto hay un centro, y hay un hilo de Ariadna que es el alma, que nos conduce a través de él y nos va a permitir finalmente, encontrar la salida. Es una experiencia más bien afectiva, corporal, almática, estética, bella, que late y late, y por el momento nadie ni nada ha podido apagarla, quizá porque todavía no ha hecho sus expresiones más contundentes, quizá porque todavía no ha dado a luz el gran líder. Sin embargo le hace frente a la cultura del bienestar en opciones que a veces son marginales, como yéndose a vivir en medio de la nada, como prefiriendo una choza antes que una casa a la que hay que cuidar y mantener, le hace frente a la cultura de la satisfacción, le aborrece la cultura del entretenimiento, y son otras las cosas que anuncian con su vida que bastan para llenar el corazón humano.

En ésta línea podríamos incluir la afirmación de un gran teólogo, Karl Rahner cuando decía 

“El cristiano del futuro será un místico o no será cristiano”.

 

Hay también otro brote en este invierno: el descubrimiento del otro como diferente, y lo diferente, lo distinto, como algo que me salva. El otro: el que no cree, el otro: el que es gay, el que es judío, el que es evangélico, el que es marxista, el que es negro… En ese diálogo con ‘el otro diferente’ se abren puertas y mundos y siento que en ellos encuentro respuesta a las mismas preguntas que no encontraba encerrándome en mi ‘frasco’, y a su vez encuentro que ‘el otro’ –que es gay, ateo, o de otro color político- también encuentra en mi una respuesta que salva. Superamos las fronteras cerradas de otros tiempos, nos permitimos acercarnos. Es más: nos permitimos querernos así, en la diferencia: no te quiero cambiar, quiero que sigas siendo otro, porque en el debate y en el diálogo encuentro que me nutro y te nutrís. Y encuentro en esas fronteras monjas, curas, religiosos, obispos, que también van a las fronteras como en la película “El niño de pijama a rayas”. El niño de pijama a rayas era el niño de un judío que estaba en el campo de concentración y se arrimaba al alambrado, límite infranqueable, para encontrarse con el hijo del jerarca que tenía a su cargo ese campo de concentración, y allí se hicieron amigos e intercambiaban juguetes.

Yo sé que esto hoy pasa, gracias a Dios. Será porque hemos visto tanta lucha, tanta muerte, tanta sangre, tanto sufrimiento. Es hora de encontrarse con el otro. Y veo con gusto cómo los jóvenes, que no les llevan el apunte ni a los profes. Ni a la disciplina, ni a las normas, y que están –según los padres- en cualquier cosa, en cambio se quedan horas charlando con los abuelos.

 Sí: EN ESTAS COSAS GERMINALES, ENCONTRAMOS SIGNOS DE UNA PRIMAVERA QUE AVANZA.

A UN OLMO SECO Antonio Machado

 Al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido,

con las lluvias de abril y el sol de mayo, algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores que guardan el camino y la ribera, habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero, con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana, lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana, ardas en alguna mísera caseta, al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera la gracia de tu rama verdecida.
MI CORAZÓN ESPERA TAMBIÉN, HACIA LA LUZ Y HACIA LA VIDA, OTRO MILAGRO DE LA PRIMAVERA.

 

REVERDECE Lula Fernandez

Se desperezan despacio cubriendo todo el espacio, vibran las notas del aire, revienta el color
Todas esas mariposas que entre las ramas se posan, todas vienen de la tierra a pintar su color.
Al llegar la primavera a ese arbolito que espera desnudo todo su invierno a vestirse de flor
Brota porque la esperanza todos los años le alcanza para sentir que la vida puede ser mejor
Lo reverdece la vida cuando a la monotonía por árida que parezca le crece una flor

Todos crecemos despacio, todos merecen su espacio, todos vienen a esta tierra a pintar su color
Somos como esas florcitas que en la primavera habitan tan fugaces como un solo brote de estación
Para que la primavera llegue a quien sufre o espera del invierno de una pena a aliviar su dolor
Tendrá que regar con sueños por más que fueran pequeños pa’que reverdezca el alma con brotes de amor
QUIERO SENTIR CADA DÍA QUE REVERDECE LA VIDA, QUIERO VIVIR EN UNA PRIMAVERA INTERIOR

  Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

  ¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

  No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

  Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

  Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas, 
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.