La conversión ecológica: un camino penitencial

lunes, 3 de agosto de 2020
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03/08/2020 – En esta oportunidad, en el ciclo Enseñanzas desde el Magisterio de la Iglesia, continuamos avanzando en los puntos referidos a la Conversión ecológica, en la Carta Encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco sobre el cuidado de la Casa Común.

Como siempre, nos acompañó con su reflexión, nuestro Director el padre Javier Soteras.

El primer punto conversado fue el siguiente:

“Recordemos el modelo de san Francisco de Asís para proponer una sana relación con lo creado como una dimensión de la conversión íntegra de la persona. Esto implica reconocer los propios errores, pecados, vicios o negligencias, y arrepentirse de corazón, cambiar desde adentro” (LS 218)

Al respecto, el padre Javier comentó que en este punto es importante tener en cuenta el Espíritu Penitencial. “Debemos pensarlo como contrición. Esto quiere decir, un espíritu que nos mueve al reconocimiento de aquello que nosotros no estamos ordenados y empezar a hacer un camino de ordenamiento de la propia naturaleza”, agregó.

Cuando hacemos el ejercicio de la Confesión Sacramental, además de los pasos que conocemos: el examen de conciencia, la confesión de todos los pecados, el perdón que nos da el sacerdote, está también la penitencia y el compromiso que asumimos de llevar delante de manera penitencial, una reforme de la vida: “Cuando hacemos esto, sabemos que no existe magia en el Sacramento de la Reconciliación, existe gracia que acompaña nuestro proceso de transformación que, supone luz clara que el Espíritu Santo nos da, a su vez, implica espíritu de absoluto arrepentimiento en la confesión de los pecados, el saber aceptar el camino penitencial que se nos muestra y asumir el proceso de restauración de la propia vida”, remarcó el padre Javier.

Luego nos detuvimos en el punto 219:

“No basta que cada uno sea mejor para resolver una situación tan compleja como la que afronta el mundo actual. A problemas sociales se responde con redes comunitarias, no con la mera suma de bienes individuales: La conversión ecológica que se requiere para un cambio duradero es también una conversión comunitaria” (LS 219)

El padre Javier dijo que es una dimensión nueva que muestra Francisco y que sigue una línea pastoral-teológica amplia previa a la expresión utilizada en “Aparecida” y que luego, el papa  retoma en Evangelii Gaudium.

En 1985, Juan Pablo II habló de reconciliación y penitencia, no dejó de lado la dimensión comunitaria. Luego, el papa Francisco, siguió aquella línea y dice que las personas tenemos que comprender que nuestro ser personal, no existe sino en término comunitario. “Por lo tanto, las conversiones de las personas tienen su repercusión y su relación en la comunidad”, aclaró el padre Javier.

Leímos el siguiente punto:

“Esta conversión supone en primer lugar gratitud y gratuidad, es decir, un reconocimiento del mundo como un don recibido del amor del Padre, que provoca como consecuencia actitudes gratuitas de renuncia y gestos generosos, aunque nadie los vea o los reconozca: «Que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha […] y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará» (Mt 6,3-4)” (LS 220)

Sobre este punto de la Encíclica, el padre Javier comentó que en los procesos de conversión personal y comunitario, lo más doloroso es soltar lo que no conocemos, lo no sabido o conocido. “Esta disposición o desapego, supone una actitud de reconocimiento de que estamos en las manos del Padre”, resaltó el padre Javier.

El papa Francisco expresa que formamos con los demás seres del universo una preciosa comunión universal. ¿En qué lugar o situaciones podés reconocer los lazos con los que Dios nos ha unido a todos los demás seres de la Creación?

¡Podes escuchar el programa completo en el audio al comienzo de la nota y compartirlo en tus redes sociales!