16/03/2018 – Lo que mueve a Jesús es “la voluntad del Padre” y nos invita a que sea la voluntad de Dios, y no nuestros miedos, la que guíe nuestra vida”.
La Revelación del misterio de Jesús ocurre en un momento determinado: es su hora. Por eso, cuando nosotros decimos quién es Jesús, estamos hablando de ese momento en el que se cruzó su tiempo con el nuestro. Bendito el reloj, que nos puso puntual ahí para el encuentro.
El Evangelio dice que Jesús no fue capturado porque todavía no había llegado su hora. El tema de la hora es un tema central en el Evangelio de Juan: la hora de Cristo como el momento de la Revelación es el momento de la Redención en el que va a librarnos de todos nuestros pecados.
Cuando María le avisa a Jesús, en las bodas de Caná, que los novios se habían quedado sin vino, en la respuesta de Jesús el tema de la hora fue claro: mi hora no ha llegado todavía. La hora tiene que ver con el kairós, la manifestación del Dios vivo que irrumpe en nuestra vida plenificando.