27/04/2020 – Todo aislamiento social conlleva efectos colaterales, y en la Argentina, donde dos de cada tres personas tienen exceso de peso, el efecto nutricional es uno de los más problemáticos.
Estudios recientes demuestran que en estos días la mayoría opta por azúcares y alcohol, baja la dieta de frutas y verduras, y si bien muchos se largan a hacer más comida casera, casi todas las recetas consisten en harinas o postres. Los especialistas alertan sobre el peligro que pueden generar estas nuevas costumbres alimenticias, sumadas a la falta de actividad física, sobre todo en la población con mayores factores de riesgo, la más frágil ante el Covid–19. No se sabe si de la cuarentena saldremos más humanos. Pero lo que es casi seguro, saldremos peor comidos.
La situación es global. A fines de marzo, el Comité de Alimentación de las Naciones Unidas afirmó que ya se alteraron los entornos alimentarios en todo el planeta. “En épocas de cuarentena, la incertidumbre acerca de cómo trascurrirá el proceso de la pandemia, genera mayor ansiedad y trastornos del ánimo, situación que predispone a las personas a estar más sedentarias, a consumir más alcohol, tabaco y a llevar una alimentación poco saludable.
Al respecto, la licenciada Laura Nores, Jefe del Servicio de Alimentación del Hospital Privado de Córdoba y Asesora Nutricional de la Asociación de Diabetes Argentina dijo a Radio María Argentina: “Partíamos de un panorama de una polarización muy importante entre bajo peso y sobrepeso, de obesidad y ahora, lo que vamos a ver, cuando volvamos a abrir los consultorios va a ser, seguramente, una exageración en el peso porque, aun la gente de muy bajos recursos, está comiendo mucho mas hidratos de carbono complejos y grasas saturadas, con azúcares simples que son los tres pilares en los que se basa la mala alimentación por excesos con carencia de nutrientes esenciales.
La Licenciada Nores remarcó que “el problema es que, frente a una pandemia sanitaria, de tipo infecciosa tenemos que cuidar mucho los elementos nutricionales que nos defienden, inmunológicamente para estar mejor preparados para evitar el contagio. Si bien , es un virus sumamente contagioso, las consecuencias del contagio no son las mismas en un paciente o de una persona que tiene desnutrición o que tiene un descenso de peso muy brusco o que tiene una supresión muy brusca de elementos protectores como sabemos que son, por ejemplo las vitaminas A, C, E, los Omega 3”.
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