La mirada del Señor que necesito

sábado, 11 de marzo de 2023
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Retiro Arquidiocesano de Cuaresma – Día 2

10/03/2023 – Este año compartimos el Retiro Arquidiocesano de Cuaresma predicado por el Arzobispo de Córdoba, Monseñor Ángel Rossi. Para introducir la reflexión del segundo día del retiro, retomando lo del primer día sobre las miradas, Monseñor planteó una pregunta: “¿Qué mirada del Señor necesito? Quizás nos haga bien a esta altura llevar a la oración lo que hemos dicho anteriormente, y meditar valiéndonos del evangelio, de algunas miradas del Señor, trayéndolas a mi persona y a este momento concreto de mi vida que estoy viviendo”.

Monseñor nos comparte algunas posibles miradas: “Quizás andamos necesitando una mirada conocedora del Señor, como aquella mirada de Jesús a Natanael, está en Juan 1, del 43 al 51 (…) estando ya cerquita el Señor mirándolo le dijo: ‘Éste es un verdadero israelita, un hombre sin doblez’, o sea linda sorpresa se debe haber llevado Natanael ante esa mirada penetrante, honda y esas palabras que lo nombraban, que lo describían en su hondura, en un aspecto de su persona que no está en la superficie, sino en lo profundo.

O quizás estemos necesitando una mirada que nos reubique como aquella del Señor a Zaqueo, en Lucas 19, del 1 al 9, esta mirada del Señor a Zaqueo, si es que como aquel petiso, andamos mirando al Señor a nuestra gente desde arriba, subidos al árbol, al árbol diríamos nosotros, de nuestra importancia. Mientras Jesús pasa, lo mira, y le dice: ‘Zaqueo baja pronto porque hoy tengo que alojarme en tu casa’.

Si andamos muy tirados al borde del camino, necesitamos que nos reubique con aquella mirada del Señor a aquel ciego Bartimeo que le gritaba, y a quien viéndolo ahí le manda a decir con los discípulos: ‘Ánimo, levántate, Él te llama’, esto está en Marcos 10, del 46 al 52, que es una frase linda que nos puede venir bien.

Quizás necesitemos de una mirada que nos misione, como aquella mirada de Jesús a aquel joven rico, Marcos, 10 del 17 al 22, dice: ‘El Señor lo miró con amor y le dijo: sólo te falta una cosa, anda vende lo que tienes y dalo a los pobres, después ven y sígueme’. La mirada del Señor nos vocaciona, nos llama, nos invita cariñosamente a seguirlo de un modo personal, a través de un servicio concreto.

Quizás estemos necesitando de una mirada que nos serene la tormenta, en Mateo 14, del 22 al 33, sentir que el Señor no sólo nos mira a nosotros, sino que también ve y comprende nuestras circunstancias, las dificultades que estamos viviendo, que aunque por momentos no parezca, Él está en la orilla de nuestro corazón y que no se desentiende de nuestra barquita sarandeada por el mar embravecido, sino que viene a nosotros y nos dice: ‘Tranquilícense, soy Yo, no tengan miedo’.

Quizás necesitemos una mirada perdonadora, acá aprovechamos la mirada a Pedro, cuando después de haberlo negado el Señor tres veces, cuando canta el gallo, el Señor dándose vuelta dice: ‘Miró a Pedro y al mirarlo, éste recordó lo que le había dicho el Señor: ‘antes de que cante el gallo me negarás tres veces’, y entonces dice el evangelio: ‘Entonces Pedro saliendo afuera lloró amargamente’, Lucas 22, 61 al 62. Es una mirada que sería una mezcla de inmensa ternura y misericordia, perdonando”.

Podés acceder al audio completo del Retiro en la barra de audio que se encuentra al inicio de esta nota.