“Le ponemos el cuerpo a la dura realidad del conurbano bonaerense”, afirmó el padre Federico Piedrabuena

sábado, 9 de noviembre de 2019
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09/11/2019 – El padre Federico Piedrabuena, sacerdote de la congregación de Schoenstatt. es párroco en la parroquia San Pantaleon de Florencio Varela, en el Gran Buenos Aires. Acompaña la única parroquia que la congregación tiene a su cargo en Argentina mientras forma parte del grupo musical Epifanía, del cual es líder.

“Me ordené de sacerdote en Córdoba y compartí también algún encuentro en los estudios de Radio María hace muchos años atrás. En esos momentos comparti acerca de nuestra espiritualidad especialmente cercana a la Santísima Virgen, que quiero muchísimo. A loos religiosos también la Iglesia nos pide hacernos cargo de la parte de la evangelización a nivel diocesano y es lo que yo hago en Florencio Varela. La parroquia está a cinco cuadras de un santuario mariano de nuestra familia, que es un lugar de mucha bendición y muy importante para toda la zona. Ese santuario fue bendecido en 1952 por José Kentenich, el fundador de nuestra comunidad a nivel mundial”, relató el sacerdote nacido en Paraná.

“Mi mama se llama Stella Maris y mi papa,ya fallecido, Dario Tadeo. Tengo, tres hermanas: Maria de los Milagros, Maria de las Mercedes y María de los Ángeles. Mi familia es católica; siempre fuimos muy devotos de la Virgen. Fui a la escuela primaria la escuela normal de Paraná luego el secundario lo realice en el colegio parroquial San José obrero. Ya terminado el secundario recuerdo estando en el último año, esa pregunta que nos hacemos los jóvenes, ´qué voy a hacer de mi vida`. Y siempre me gustó muchísimo la naturaleza así que decidí anotarme para estudiar una rama de geología. Estuve estudiando tres años pero en ese momento tuve una fuerte la pregunta vocacional, así que abandoné la carrera e ingresé al seminario”, relató el padre Piedrabuena, quien se destaca por sentirse cercano a la figura del padre Carlos Mugica. también hincha de Racing de Avellaneda como él.

Ante la pregunta de cómo llegó al Gran Buenos Aires, el sacerdote respondió: “Estaba en Córdoba muy contento, trabajaba en el colegio Nazaret, pero mi congregación quería que alguien más joven fuera a Varela y pensaron en mí. En mi actual parroquia tenemos un comedor para 300 chicos, allí reciben educación y junto hay un club de fútbol y de jockey, el Juan Pablo II. También tenemos un taller de oficios, San José. Después de 9 años en Varela siento que ha sido un camino junto a toda la comunidad. Hay personas que tienen un corazón gigante con ganas de seguir adelante por qué la situación a veces es complicadísima. Sin embargo me impresiona siempre la fuerza y la capacidad de la gente, que tiene mucha fe. Trabajamos muy unidos con los pastores evangélicos para ayudar a las personas a salir de la indigencia y de la pobreza sabiendo que nosotros no somos el estado. Pero trabajamos con Anses y con los clubes de fútbol como Racing y su departamento de responsabilidad social para ir transformando el barrio”.

Sobre Mugica dijo: “El padre Carlos tiene un mural pintado recientemente en la cancha de la Academia. Asimismo, cuando uno llega al estadio de Racing está la Virgen de Luján y una hermosa imagen de Don Bosco. Sabemos que en los lugares más pobres el deporte tiene un rol fundamental. De esa manera sacamos de la calle y la droga a los chicos que han caído”.

“Yo vivo diariamente la realidad del conurbano bonaerense, especialmente lo que se llama el tercer anillo. Aquí hay cifras que nos duelen a todos los argentinos. Pero nosotros le ponemos el cuerpo a esta dura realidad. Trabajamos también desde Caritas Argentina como iniciativas como el Hogar de Cristo”, indicó.

Finalmente, compartió esta oración misionera:

En tu poder y en tu bondad fundo mi vida.

En ellos espero confiando como niño.

Madre Admirable, en ti y en tu Hijo

y en toda circunstancia creó y confió ciegamente.

Amén