Los efectos terapéuticos y sanadores del Ángelus

miércoles, 22 de diciembre de 2021
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22/12/2021 – En el ciclo “Renacer a la esperanza”, el escritor Carlos Barrio y Lipperheide se refirió a los efectos terapéuticos y sanadores del rezo y meditación del Ángelus. “Espiritualmente hablando, el Ángelus tiene estos efectos, tenemos que redescrubirla. Hace bien al alma y a nuestra psiquis. Esta oración tiene tres diálogos y cada uno de estos diálogos conlleva un avemaría. El Ángelus se mete en el misterio de la Encarnación y en la vida de cada uno. El primer diálogo habla de la alegría, es romper los moldes de la humanidad, Dios se hará hombre, la humanidad se verá beneficiada. Todo esto porque Dios es alegría, y esto llena de sentido la vida. Es estar cobijado en Dios, es sentir que Dios Padre nos quiere. Esto es un gesto de autoconfianza, sentirse confiado en Dios”, acotó Barrio.

“Los santos soportan cosas que al común de las personas nos parece increíble. Y esto porque se sienten habitados por el Señor. Dejo estas preguntas: ¿Cómo es nuestra escucha interior y la del prójimo? ¿Qué dificulta opaca tu escucha? ¿Descubro la alegría que traen los demás o me quedo con lo negativo? En el segundo diálogo aparece el famoso “si” de María, el “hágase” o “fiat” de la Madre del Salvador. La Virgen se entrega completamente a la voluntad de Dios. Necesitamos echar raíces para que la Palabra de Dios se haga carne en nosotros. Y también dejo estas preguntas:¿Cómo es mi respuesta a lo que Dios me dice? ¿Qué puedo hacer para llegar a las raíces? En el tercer diálogo, aparece la acción encarnada de Jesús, es la aparición del Señor en este mundo. Esto nos invita a hacer, a cambiar el mundo, a mejorarlo”, señaló el especialista.

Finalmente, Carlos hizo esta oración final:

María, Madre de la alegría y la escucha que despierta …
santuario del Salvador …
amparo de los olvidados e ignorados …
calor de hogar y descanso en el camino.
Te pedimos que en las puertas de la Noche Buena
transformes nuestros egoísmos, amarguras y desconsuelos,
en vida nueva y esperanza.
Abre nuestros corazones lastimados y reprimidos,
para sanar las durezas y oscuridades más ocultas,
que nos dificultan llegar a nuestros hermanos.
Llénanos junto a tu Hijo, con la alegría del Reino de los Cielos.
Amén.