El crecimiento tecnológico y sus riesgos – Padre Omar Quinteros

lunes, 13 de agosto de 2018
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13/08/2018 – “No nos servirá describir los síntomas, si no reconocemos la raíz humana de la crisis ecológica. Hay un modo de entender la vida y la acción humana que se ha desviado y que contradice la realidad hasta dañarla. ¿Por qué no podemos detenernos a pensarlo?,  indicó el Padre Omar Quinteros, citando la Carta Encíclica Laudato Sí.

El Padre Omar, sacerdote de la Parroquia San Pedro Apóstol de Famatina, indicó que “Jesús destaca la figura de Dios Padre, y esa paternidad se refleja en el cuidado de toda la creación. Y nos invita a estar atentos a la belleza que hay en el mundo porque Él mismo estaba en contacto permanente con la naturaleza y le prestaba una atención llena de cariño y asombro”. “Cuando recorría cada rincón de su tierra se detenía a contemplar la hermosura sembrada por su Padre, e invitaba a sus discípulos a reconocer en las cosas un mensaje divino: «Levantad los ojos y mirad los campos, que ya están listos para la cosecha» (Jn 4,35). «El reino de los cielos es como una semilla de mostaza que un hombre siembra en su campo. Es más pequeña que cualquier semilla, pero cuando crece es mayor que las hortalizas y se hace un árbol» (Mt 13,31-32).

La tecnología: creatividad y poder

Indicó que “La tecnología que es algo maravilloso en manos del hombre y es producto de la creatividad del ser humano, también nos ha dado un tremendo poder. Y está en manos de los hombres este poder, por eso es importante que los humanos tendamos a que ese poder que nos da la tecnología sea justo y equitativamente empleado para el bien de todos, no solo de unos pocos“, señaló el Padre Omar.

Continuó diciendo que “La humanidad ha ingresado en una nueva era en la que el poderío tecnológico nos pone en una encrucijada. Somos los herederos de dos siglos de enormes olas de cambio: el motor a vapor, el ferrocarril, el telégrafo, la electricidad, el automóvil, el avión, las industrias químicas, la medicina moderna, la informática y, más recientemente, la revolución digital, la robótica, las biotecnologías y las nanotecnologías. Es justo alegrarse ante estos avances, y entusiasmarse frente a las amplias posibilidades que nos abren estas constantes novedades, porque «la ciencia y la tecnología son un maravilloso producto de la creatividad humana donada por Dios»[81].

La tecnología ha remediado innumerables males que dañaban y limitaban al ser humano. No podemos dejar de valorar y de agradecer el progreso técnico, especialmente en la medicina, la ingeniería y las comunicaciones. ¿Y cómo no reconocer todos los esfuerzos de muchos científicos y técnicos, que han aportado alternativas para un desarrollo sostenible?

¿Cómo vamos a emplear este desarrollo?

Pero no podemos ignorar, expresó el Padre Omar Quinteros, que la energía nuclear, la biotecnología, la informática, el conocimiento de nuestro propio ADN y otras capacidades que hemos adquirido nos dan un tremendo poder. Mejor dicho, dan a quienes tienen el conocimiento, y sobre todo el poder económico para utilizarlo, un dominio impresionante sobre el conjunto de la humanidad y del mundo entero. Basta recordar las bombas atómicas lanzadas en pleno siglo XX, como el gran despliegue tecnológico ostentado por el nazismo, por el comunismo y por otros regímenes totalitarios al servicio de la matanza de millones de personas, sin olvidar que hoy la guerra posee un instrumental cada vez más mortífero. ¿En manos de quiénes está y puede llegar a estar tanto poder? Es tremendamente riesgoso que resida en una pequeña parte de la humanidad”.

El Padre Omar resumió que “Así entonces con este diagnóstico del desarrollo tecnológico, que en verdad es algo superador para la calidad de vida de la sociedad, sin embargo, es un don y una tarea, y la tarea será cómo vamos a emplear este desarrollo y como lo vamos a poner al servicio del hombre y del mundo en su totalidad”.

“El hecho es que «el hombre moderno no está preparado para utilizar el poder con acierto»[84], porque el inmenso crecimiento tecnológico no estuvo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores, conciencia“.

Finalmente recordó las palabras del Papa Francisco que dice que todo este desarrollo si no está revestido de una una ética sólida, una cultura y una espiritualidad que realmente lo limiten, puede no cumplir con el cometido para el que ha sido desarrollado tanto bien tecnológico, concluyó.