María quiere detenerse y quedarse en tu vida

lunes, 9 de mayo de 2022

 

09/05/2022 – María quiso quedarse a orillitas del río Luján, así como en tu corazón y en la radio. En la fiesta de Nuestra Señora de Luján, compartimos la Catequesis desde una homilía, del año 2010, del entonces Cardenal Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa Francisco.

 

Cerca de la cruz de Jesús estaba su madre, con María, la hermana de su madre, esposa de Cleofás, y María de Magdala. Jesús, al ver a la Madre y junto a ella al discípulo que más quería, dijo a la Madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Después dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquel momento el discípulo se la llevó a su casa.

Juan 19, 25-27

 

Ella quiso quedarse con nosotros

En Luján, y en Argentina, hubo un gesto de la Virgen y nos hace bien recordarlo: en 1630 una pequeña imagen de la Pura y Limpia Concepción, iba de caravana pero quiso quedarse, para desde allí bendecirnos.

Maria quiso detenerse porque sabe de nuestras penurias, clamores y búsquedas, y de la necesidad que tenemos de su maternidad.

 

Aprendimos a confiar y a descansar en ella

Maria peregrina con alegría y con gozo, así lo hizo en la visitación, y en cada pueblo que visita; para cobijar a sus hijos en lo más hondo de su corazón y darle la bienvenida a la vida como viene.

En el camino ella va con nosotros y se detiene. Cuando la Virgen se detiene en nuestro camino, la vida también empieza a resurgir y a aparecer con toda su fuerza, incluso en el caminar cansino del pueblo.

En María, en su casa de Luján, aprendemos a confiar y a descansar; aprendemos a detenernos también nosotros.

En el templo anterior a  la Basílica actual, cuando la Patria empezaba, pasaron por allí San Martín y Belgrano, al principio y al final de sus campañas. Pasaron ellos, como muchos, en medio de la gloria, y cuando quedaron solos y olvidados, le confiaron su tristeza. Sabían que la Patria tenía Madre.

Hoy en su fiesta, al celebrarla a Ella que recoge las penas y dolores, las visitas y las oraciones de su pueblo, queremos renovar el espíritu de la oración y la confianza. Le pedimos aprender a ser como Manuel, silenciosos observadores de la vida y el camino de esta Patria, y a rezar por esta Patria, con la fidelidad del pueblo que intuye esta presencia de madre y por eso confía.

Somos parte de esta historia de milagros que obran en Luján. A ella también le pedimos la gracia de saber seguir luchando por la  Patria, hacerla crecer en la paz y concordia que nos da el sentirnos hermanos, desterrando todo odio y rencor entre nosotros.

 

Queremos aprender a cuidarnos

En este lugar tan santo, lleno de fe y esperanza, pedimos hoy a la Madre que cuide a nuestra Patria. En particular a aquellos que son los más olvidados, pero que saben que aquí siempre hay lugar para ellos. Decía el Cardenal Bergoglio: “Así fue desde el principio: la Virgen cuidó desde muy adentro del corazón a esta Patria, comenzando desde los más pobres, los que para los suficientes no cuentan… pero aquí sí que son tenidos en cuenta”.

La Virgen nos tiene en cuenta, Maria sabe de nuestra penas y dolores, mira nuestros corazones en búsqueda, ella, que supo reinventar la fiesta en Caná, y que sabe lo que significa no ser bienvenidos, conoce ese amén en el dolor, en la cruz. Maria sabe lo que significa decir que Sí, y por eso nos invita a renovar la esperanza en el Dios que hace posible lo imposible.

Maria cuidó el corazón de nuestra Patria y quiere, en este tiempo tan difícil, multiplicar su presencia para sostener al pueblo en su marcha dolorosa.

 

Lujan un signo

“En Luján hay un signo para nuestra Patria”, decía el entonces Cardenal Bergoglio en la celebración del Bicentenario en el año 2010; y continuó: todos tienen lugar, todos comparten la esperanza y todos son reconocidos hijos. Hoy vinimos a rezar en esta fiesta de la Virgen, porque aquí crecimos y aquí nuestra Patria siempre tuvo una bendición, porque tiene una madre. No tenemos derecho a aguacharnos, a bajar los brazos llevados por la desesperanza. Recuperemos la memoria de esta Patria que tiene madre, recuperemos la memoria de nuestra Madre.  Miremos a la Virgen y pidámosle que no nos suelte de su mano. Gracias Madre por quedarte con nosotros.

 

No nos sueltes tu mano

 

“Madre queremos una Patria para todos. Que todos tengan cabida.

Que no haya “sobrantes”, excluidos ni explotados.

Que esta Patria para todos nos consolide como hermanos

en la herencia patriótica de nuestros mayores.

Que nadie sea despreciado. Que no crezca el odio entre nosotros.

Que el rencor, ese yuyo amargo que mata, no eche raíces en nuestro corazón

(cfr. Hebreos 12,15 ).

Madre queremos una Patria renovada en la fraternidad.

Madre, queremos una Patria para todos.

Y como en tantos otros años te pedimos: no nos sueltes de tu mano,

sabemos en quien pusimos nuestra confianza”.

3 de octubre de 2010, Cardenal Jorge Mario Bergoglio s.j

 

María quiere detenerse y quedarse se en tu vida

María que quiere quedarse donde vos estas, para traerte consuelo, fortalecerte en la esperanza, para decirte que no hay que bajar los brazos, y para abrazar a los que más la necesitan.

Que hoy puedas renovar tu fe en la presencia de María en tu vida. Ella vino, pasó y se quedó entre nosotros.