28/07/22- Durante la pandemia de covid-19 repetimos demasiadas veces: “Las cosas nunca volverán a ser lo que eran”. Y sin embargo, atravesando los primeros meses de un período “pospandémico”, encontramos que muchas cosas están volviendo a ser tal cual habían sido. ¿Es bueno eso? ¿Se puede volver al mismo punto en el que habíamos quedado? ¿No era que de la pandemia íbamos a salir mejores? Mariana Maggio, que aborda estas preguntas fundamentales en su último libro “Híbrida”, nos acompañó en el programa “Acortando Distancias” para dialogar del valor de la educación en estos tiempos que corren.
Mariana Maggio es Doctora en Educación, Magister y Especialista en Didáctica y Licenciada en Ciencias de la Educación (UBA), miembro del Consejo Nacional de Calidad de la Educación de Argentina, Profesora Titular de Educación y Tecnologías y Directora de la Maestría y Carrera de Especialización en Tecnología Educativa (UBA). Es autora de numerosos libros sobre enseñanza y su relación con la tecnología.
“Necesitamos comprender este mundo distinto para poder volver a pensar las prácticas de la enseñanza que desarrollamos en la universidad. No somos los que éramos, no volveremos a serlo, ¿por qué seguiríamos enseñando o aprendiendo de la misma manera?
Sabemos que el virus acecha. Muchos ya nos contagiamos, incluso más de una vez. Todos tuvimos pérdidas, cercanas o lejanas. Estas, junto a las pérdidas más invisibles, están afectando, entre otras cosas, nuestra salud, general y mental.
No hay supervivencia individual. Hay comunidad. La pandemia nos aisló, nos alejó y nos distanció. Aprendimos a sostener los vínculos en la escena de los cuerpos alejados y las comunicaciones virtuales. Claro que algunos ya sabían hacerlo. Lo comprendían bien los jóvenes que educamos, que se criaron poniendo el cuerpo en el cuarto de estar y el deseo allí donde los llevaban sus dedos en las pantallas; la cabeza en clase, pero su corazón muy lejos del aula.
¿El virus seguirá mutando? ¿Es una pandemia o una era de pandemias? ¿Cómo sobrevivirán los sectores más vulnerables al impacto de la pandemia en la economía?”
“El virus no es democrático. El virus fortalece a los poderosos, acaba con los pobres. El virus no hace caer la bolsa de valores, sino que devasta la economía informal” (Baricco, 2021, p. 74).
¿Cómo no pensar que la educación universitaria debería construir grandes ideas, alternativas y caminos posibles hacia nuestra supervivencia como humanidad?
¿De qué vale que nuestros estudiantes puedan repetir de memoria una teoría completa si no podemos decirles que estamos construyendo juntos una variedad de soluciones para que sobrevivan a los efectos del cambio climático en cuyo marco emergen, entre otros fenómenos, las pandemias?
¿Qué tiene que ocurrirnos para que pasemos a la acción? ¿Cómo construir o reponer una trama comunitaria que nos sostenga de modo que sea el trampolín a una acción colectiva preventiva y sanadora? Si nuestras prácticas de la enseñanza en la universidad no pueden avanzar en este sentido, ¿qué sentido tienen?”
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