22/10/2019 – El despliegue de militares armados y de dispositivos de la policía no ha logrado frenar la violencia de manifestantes que han salido a las calles en varias ciudades de Chile.
La crisis se desató cuando, por recomendación de un panel de expertos del Transporte Público, el gobierno del presidente Sebastián Piñera decidió subir el precio del pasaje del Metro en 30 pesos chilenos, con lo cual el costo llegó a 830 pesos chilenos que equivalen a un dólar con 17 centavos (U$S 1,17), es decir, 70 pesos argentinos.
El aumento, luego de dos días desde su anuncio, fue anulado por el Gobierno chileno pero esto lejos estuvo de atenuar la crisis social.
La situación fue agravándose a partir del viernes pasado cuando la violencia se extendió a las calles de la capital chilena, con el saqueo de supermercados y ataques a cientos de instalaciones públicas.
El gobierno, entonces, decretó estado de emergencia, lo que significó el despliegue de las fuerzas militares quienes, además, ordenaron toque de queda la tarde del sábado.
Mariano Solis es un periodista chileno que, en diálogo con Radio María Argentina relató: “En Chile la lista de fallecidos asciende a 15 personas, ya hay más de 900 personas detenidas y la violencia sigue en efervescencia. El sistema judicial no da a basto”
Algunos analistas internacionales aseguran que esta situación surge de un descontento socio económico y político que encontró en el aumento del metro la gota que colmó el vaso.
Se dice que más allá del crecimiento de la economía chilena, la sociedad de ese país está signada por la desigualdad económica.
Al respecto Ignacio Liendo, politólogo y analista de la política internacional declaró a los micrófonos de nuestra emisora que “sorprende la buena prensa que ha tenido Chile en los últimos tiempos pero los que conocen la situación sabían que esto iba a pasar por la enorme desigualdad social, tampoco sorprende que sean los jóvenes los iniciadores de la protesta”.
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