¿Cuáles son los caminos para renovar hoy la Iglesia? – Padre Javier Soteras

miércoles, 1 de agosto de 2018
image_pdfimage_print

01/08/2018 – “El sueño de Francisco es una iglesia misionera capaz de transformarlo todo”, dijo el Padre Javier Soteras, Director de Radio María Argentina, quien reflexionó en torno a la Exhortación Evangelii Gaudium, La alegría de evangelizar, sobre la impostergable renovación de la iglesia.

Indicó que “Estamos en el lugar de Evangelii Gaudium donde Francisco, plantea la razón de ser por la que él cree que el Espíritu guía a la iglesia bajo su pontificado, que no es otra cosa que la de actualizar la misma”.

Y agregó diciendo que esta necesidad de renovar la iglesia ocurre, “Después de los cincuenta años del Concilio Vaticano II, una visita de Dios con su Espíritu Santo, y sobre el cual Juan XXIII dijo que con él se abrieron las puertas y las ventanas de la iglesia, para que entre un aire fresco que le permita a la iglesia redescubrir su identidad más profunda en diálogo con el mundo al que está llamado a transformar desde su propia identidad, de ser sal, de ser luz”, expresó el Padre Javier.

Continuó señalando que “Francisco entiende que esta vocación eclesial, esta identidad, se construye no en el conservar, sino en la dinámica de dar, es decir, la identidad eclesial es la que marca la misión. Y la misión la determina el contexto y la llamada que Dios nos hace, de ir a todo el mundo con el Evangelio de Jesucristo”.

¿La iglesia viene a cambiar su doctrina?

No -responde el Padre Javier- sino que la ejerce pastoralmente con una identidad de dos mil años de vida, en una realidad que le invita a hacerla presente en un nuevo lenguaje, en una nueva expresión, en un nuevo método, en una nueva forma, que son los cuatro métodos con los que Juan Pablo II invitó a la iglesia en América Latina y después en todo el mundo a la nueva evangelización”, acertó.

Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación. (Francisco en Evangelii Gaudium 27)

Atreverse, acompañar, involucrarse, celebrar

En torno a cómo debe ser el evangelizador, el Padre Javier dijo que “El evangelizador acompaña, forma, sostiene, busca que esas categorías vitales existenciales que ya están en la sociedad, tomen cuerpo en los criterios de pensamiento, en los modos de elección, en las líneas de comportamiento de la cultura, para que esta se configure también de un modo de convivencia de este Espíritu evangélico”. “Se necesita para esto tener empatía con el mundo”, agregó, e hizo la diferencia entre mundo y mundanidad.

La mundanidad es un modo de presencia del mal que no recibe el Evangelio, no está dispuesto a escuchar. El mundo no está con los brazos abiertos para recibir el evangelio de Jesús, por lo tanto, dice el Padre Javier, hay que saber por donde entrarle, lo resiste, le ofrece cuero, hasta que se le encuentra la vuelta para, y entonces en el combate diario de la evangelización se aprende a llegar con lo que estamos buscando, pero esto supone una renovación”, expresó.

¿Cómo saber adónde nos llama el Señor?

“Cuando uno encuentra el lugar por el que cree que tiene que ir, hay que animarse a dar un pasito, confrontar, ver si ese lugar le da paz, alegría, si es lo que esperaba, no dar todo de golpe, ir dando pasos que nos permiten ir como testeando si es el lugar, y si tenemos la posibilidad de conversar con alguien que nos ayude a discernir, mucho mejor, y a partir de ahí caminar en la fe”.

Procurar que las estructuras se vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad. (Francisco en Evangelii Gaudium 27)

Finalmente nos invitó a no buscar ser una iglesia de selectos que se miran a sí mismos, porque una iglesia con esta estructura está clausurada. Nos animó a ser una iglesia en salida, como dice el Papa Francisco, a seguir el llamado de Jesús, que dice: Vengan a mí los pecadores, los afligidos, los pequeños, los pobres, porque ahí Dios está presente, concluyó.