Salir a ofrecer el corazón

viernes, 7 de abril de 2017
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07/04/2017- El pasado miércoles 15 de Marzo, en el segundo programa del ciclo Argentina, Tierra de Santos, las conductoras continuaron comentando a cerca de los valores que, profesados en la vida cotidiana, nos ayudan a caminar hacia la santidad. Además, invitaron a cuestionarnos cuales son esos preceptos de la sociedad actual que debemos cuestionar para ser agradables al sueño de Dios para nuestras vidas.

“En esta sociedad posmoderna en la que vivimos prima el tener sobre el ser, se minimiza el pasado y el futuro, y se concentra en los placeres e individualismos del presente”, afimó la hermana Silvia Somaré. Además, agregó que, en tiempos en los cuales la espiritualidad y la religión son dejadas de lado, existen muchos jóvenes y adultos buscando el lugar y la forma de saciar la necesidad de servir al hermano. “Nunca ha sido tan grande el voluntariado como en estos tiempos. El sueño de Dios de ser don para los demás sigue intacto”, comentó.

Los santos en la historia fueron personas que cuestionaban estructuras que no eran agradables a Dios. Hoy estamos invitados pensar qué valores imperativos de la sociedad necesitamos derribar hoy para recorrer el camino de la santidad. “En el fondo nos cuesta creernos el cuento del llamado que tenemos a hacer algo distinto por nuestra sociedad. Necesitamos responsabilidad y compromiso para seguir cual es el sueño que lleva consigo nuestra vida”, comentó la hermana Carolina, invitando a animarse a mirarse a uno mismo para descubrir cuál es el sueño de Dios para cada uno y, desde ahí, saber por qué estoy en este mundo.

Ser santo es, principalmente, ser parecido a Dios. Por lo cual, un elemento primordial en el camino hacia la santidad es el discernimiento, preguntarnos en cada paso qué haría Jesús en mi lugar. Para lograrlo, es necesario hacerse el tiempo, parar en medio de la vorágine de la vida cotidiana para contemplar la palabra y ver a Jesús en los hermanos que atraviesan mi camino.

Una de las vías más hermosas a través de las cuales el Señor nos llama a la santidad es a través de las obras de misericordia, como las que Jesús nombra en el Evangelio (Mt 25, 37-40). “La gente llegaba al Cielo sin entender por qué. Pero es un receta muy práctica: todo lo que hacemos por nuestros hermanos, lo hacemos por Dios. Y somos sus hijos en la medida de que intentamos ser misericordiosos como Él”, dijo la hermana Silvia.

“En el rostro de nuestros hermanos necesitados, Dios nos sale al encuentro, y se hace presente”, dijo la hermana Carolina. En nuestra capacidad de dar alimento, abrigo, consejos y palabras de esperanza es donde el don de Dios para nuestras vidas se manifiesta y nos ayuda a abrigar los corazones heridos y en soledad que cruzan por nuestra vida.

Hacia el final del programa, Constanza y las hermanas Silvia y Carolina nos comparten historias de personas que, en nuestro país y en nuetras época, dan testimonio con su vida de que la santidad es posible para todos, cualquiera sea la circunstancia de nuestra vida. Una madre que perdió a su hijo, un maestro en condiciones extremas y un piloto arriesgando su vida, demuestran que es posible entregarse para hacer mejor la vida de los demás. “Lo hermoso de estas personas es el interés por hacer el bien, aunque a veces no se pueda llegar a ver qué pasa con la semilla que sembramos”, afirmó la psicóloga.