Santos Gabriel, de un pueblito salteño al Instituto Balseiro de Bariloche

lunes, 8 de junio de 2015
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Ingeniero rueda

08/06/2015 – Santos Gabriel Rueda tiene 23 años, nació en un pequeño paraje cercano a Aguas Blancas en Salta y transcurrió su vida entre viajes y sueños por desarrollar su carrera, hasta llegar, acompañado de un gran esfuerzo, al instituto Balseiro de Bariloche. En diálogo con Radio María, el joven, que es el menor de seis hermanos, contó su historia.

“Vivíamos en un paraje de cinco familias, con una escuela rural de no más de 15 alumnos, sin luz ni nada, y estuve ahí hasta los 9 o 10 años. Nos mudamos a un pueblito cercano, de 2 mil o 3 mil habitantes por problemas laborales de mi papá y ahí terminé el secundario. Para mí era la gran ciudad cuando llegué, por el hecho de ver tanta gente”, recordó Santos Gabriel.

“En esa etapa me entero del Instituto. En esos momentos no dimensionaba el poder salir, tener la posibilidad de estar en grandes proyectos de tecnología de Argentina. No pensaba en cosas que me pasan o van a pasar, sino en buscar una carrera que la disfrute. El día que mis papás vinieron al acto de colación en Bariloche, en junio del año pasado, se emocionaron mucho. Cuando empecé mi papá no lo vio, siento que al principio para él estudiar no era la prioridad, pero mi mamá fue el impulso más grande que tuve. Económicamente me ayudaron con todo lo que podía, nos mandaban el 50 por ciento de su sueldo, que era muy poco en números reales, por los alquileres, las comidas y los gastos”, detalló.

Respecto a las influencias y el apoyo que recibió por parte de otros profesionales y docentes, expresó: “Tuve un profesor de física del colegio que con el grupo que nos gustaba esa materia fue importante, y en la facultad en los primeros años conocí dos o tres profesores que tienen otra humildad, otra forma de enseñar y que hacían las clases de alguna manera más personalizada pese a ser muchos alumnos. Un profesor me mostró el panorama desde la Universidad de Comahue en Neuquén, esas personas se preocuparon por mí y me ayudaron a ver el abanico de posibilidades que uno tiene”.

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“El primer viaje que hice fue a Tucumán, después a Córdoba. Conocí otros profesores y otros chicos que van a estudiar, distintas opiniones y forma de pensar. En el círculo de mi secundario, muchos elegían carreras por la plata que te daba, pero con las opiniones de otros podés darte cuenta de otras cosas”, comentó.

“Muchos en mi pueblo se quedan ahí en parte por temas económicos, pero igual se pueden conseguir becas, y eso hace que si tenés ganas tenés que probar y empezar a buscar cosas, no quedarse, ir y pelear. Eso te enseña mucho. Creo que el que sale y va con ganas se recibe”, dejó como mensaje Santos Gabriel.