18/04/2022 – La Pascua es el paso de la muerte a la vida, es la resurrección de Cristo, a la que el propio Jesús nos invita a sumarnos con toda nuestra vida. Porque tuvimos -y tenemos- una Pascua de Guerra, y necesitamos una resurrección.
También en nuestra Patria hay situaciones de muerte, de guerra “por otros medios”, sin ejércitos, pero con palabras o discursos que a veces parecen balas, o actitudes o gestos de guerra política, de internas, de división y con consecuencias fatales a largo plazo como es la pobreza que padece más de la mitad de los niños y adolescentes de la Argentina.
El Papa Francisco habló de esto en su mensaje “Urbi et Orbi” de ayer domingo, cuando, luego de recordar la guerra de Ucrania, las guerras ignoradas u olvidadas de Yemen, Etiopía, la persecución de los Rohingyas en Tailandia, el conflicto en Myanmar, mencionó a los pueblos latinoamericanos.
Francisco pidió que “Cristo resucitado acompañe y asista a los pueblos de América Latina que, en estos difíciles tiempos de pandemia, han visto empeorar, en algunos casos, sus condiciones sociales, agravadas también por casos de criminalidad, violencia, corrupción y narcotráfico”.
Allí estamos los argentinos que necesitamos resucitar con Cristo de todas esas situaciones de muerte. Y como ha dicho el Papa hablando de la guerra de Ucrania, no faltan “signos esperanzadores, como las puertas abiertas de tantas familias y comunidades que acogen a migrantes y refugiados en toda Europa”, también, aquí, en nuestro país, tenemos signos y semillas de resurrección en las que hoy queremos fundar nuestra fe, nuestra esperanza.
“Que estos numerosos actos de caridad sean una bendición para nuestras sociedades, a menudo degradadas por tanto egoísmo e individualismo, y ayuden a hacerlas acogedoras para todos”, dijo ayer Francisco.
Tomamos esta palabras del Papa y dialogamos con un gestor y un promotor de caridad como es Facundo Garayoa, fundador de FonBec.
También estuvimos en contacto con Alver Metalli, periodista que nació en Italia pero que eligió quedarse a vivir en Argentina, que hace dos años se radicó en una villa de Buenos Aires, donde trabaja con y por los más pobres, se ha nacionalizado argentino, y ha elegido este país como el suyo.
Finalmente reflexionamos sobre estos gestos de “resurrección” junto a Monseñor Sergio Buenanueva, obispo de San Francisco.
No te pierdas de escuchar las entrevistas completas a continuación…
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