09/12/2025 – “¿Hay alguna situación del mundo que hoy te duela y quieras presentar a Dios?”.Con esta pregunta profunda, el P. Cristian Marín nos invita a abrir el corazón y descubrir que la oración auténtica siempre nos mueve a la compasión. El Padre Cristian Marín, referente de la Red Mundial de Oración del Papa en Argentina y Uruguay, cerró el ciclo Camino del Corazón en Radio María Argentina presentando el paso número nueve, un itinerario que integra la espiritualidad del Sagrado Corazón con la misión por un mundo más humano. En este último tramo, el foco está puesto en descubrirnos parte de una red de oración y servicio, atenta a las necesidades reales de la humanidad.
Después de recorrer los ocho pasos anteriores —todos orientados a experimentar el amor personal de Dios— el camino culmina en un corazón que “explota hacia afuera”. La oración ya no queda en la intimidad: se vuelve misión, encuentro, comunión.
El P. Cristian lo resume así:
“El fruto que buscamos es salir de la globalización de la indiferencia.”
El paso 9 propone descubrir que no caminamos solos: formamos parte de una red mundial, diversa, viva y en movimiento, integrada por laicos, consagrados, familias, jóvenes y comunidades enteras.
El entrevistado retoma palabras del Papa Francisco (Cuaresma 2015), recordando que la indiferencia se rompe primero con la oración. La misión comienza cuando dejamos que Dios ensanche nuestro corazón.
Las intenciones mensuales del Papa funcionan como una ventana abierta al mundo. Este mes, por ejemplo, invita a orar por los cristianos que viven en contextos de guerra en Medio Oriente: que sean semillas de paz y reconciliación.
El desafío es concreto:¿Qué realidad del mundo te duele hoy y querés poner en manos del Señor?
El Padre Cristian profundiza en una visión bíblica: todos necesitamos pertenecer y ser libres. La fe cristiana integra ambas dimensiones, invitándonos a una vida espiritual que es personal y comunitaria al mismo tiempo.
Así nació la Iglesia:una red orante, reunida con María, sostenida por la oración compartida.
“Jesús envía a los suyos, y no van solos.”
El P. Cristian explica que hay dos formas de participación:
El camino termina con una imagen luminosa: la oración verdadera nunca encandila, sino que ilumina y enciende el fuego interior de otros.
“El amor es difusivo: cuando arde, se expande.”
Radio María, dice el P. Cristian, es para muchos esa chispa que vuelve a despertar una fe adormecida y los anima a involucrarse en la misión.
El ciclo concluye con una oración de ofrecimiento y la bendición final, confiando la vida de todos los oyentes a María, estrella de la evangelización.
El paso final del Camino del Corazón nos recuerda que la fe nunca es un camino solitario. El corazón que se deja amar por Dios inevitablemente se abre a la realidad de los demás. La compasión no es un sentimiento pasajero: es una forma de mirar el mundo con los ojos de Jesús.
En tiempos marcados por noticias dolorosas y una sensación creciente de cansancio social, este paso nueve es una invitación urgente a pasar de la preocupación al compromiso. La oración no es evasión, sino energía que transforma. El Evangelio nos muestra que la espiritualidad auténtica siempre crea comunidad, siempre tiende puentes, siempre llama a la acción concreta.
Formar parte de una red de oración es abrazar la certeza de que nada de lo humano nos es indiferente. Allí donde alguien sufre, donde hay guerra, donde reina la soledad, la Iglesia está presente para sostener, interceder y servir. Y cada uno de nosotros puede ser un eslabón vivo de esa red, desde nuestra casa, nuestro trabajo, nuestra parroquia o nuestra familia.
El camino termina, pero la misión comienza: dejar que el Corazón de Jesús modele el nuestro, para ser luz mansa, consuelo cercano y esperanza para quienes más lo necesitan.