31/10/22- “Sólo hay una sola desgracia en este mundo: la de no ser Santos”, dijo el Padre Mateo Bautista, sacerdote camilo, quien nos acompaña cada lunes en el programa “Acortando Distancias”.
“Tanto la jornada de Todos los Santos , como la de la conmemoración de los Fieles Difuntos, nos recuerdan nuestra vocación a la Santidad. En estas jornadas, estamos invitados a preguntarnos cómo vivimos nuestra vida cristiana, si estamos abiertos a la Gracia de Dios, si realmente nos pusimos como meta ser Santos. Tenemos que aprovechar estos días como momentos de reflexión”, aconsejó.
“Tenemos que trabajar muy seriamente en tres aspectos cuando alguien muere: la herida de la muerte, la herida de la vida y la herida del amor. Por eso es bueno preguntarnos: ¿qué es la muerte?; ¿qué supone para nuestro destino?; ¿qué supone la muerte para la vida del quien queda afectado?; ¿cómo me repercute la muerte en mi vida: me desmotivo, me desilusiono, vivo del pasado?; ¿cómo sigue mi amor dado y recibido?”.
“Es muy importante aprovechar la filosofía de la muerte. Estamos invitados a hacer un proceso saludable de duelo, trabajando el tema de mi muerte, para hacer la muerte una hermana de la vida, una pedagoga de la vida, una maestra de la vida”, dijo el sacerdote.
“Cuando hablamos del ,morir es un hecho puntal: cesan nuestra funciones, sólo morimos una vez. Pero cuando hablamos de la muerte, hablamos de la muerte desde las seis dimensiones la persona. Hablamos de la muerte como una categoría personal. Nosotros en nuestra existencia tenemos dos caras : la vida y la muerte. Sabemos que vamos a morir. El morir no sabemos ni cómo ni cuando; pero lo que si sabemos de que somos mortales desde que somos concebimos.
La muerte me hace preguntarme ¿qué hay de mi después del morir; con quién me voy a encontrar? Cuando nos preguntamos sobre la muerte , nos estamos preguntando de lo esencial de la vida. El sentido del recorrido y para que hemos venido.”
“La muerte es una compañera que no viene de afuera, sino desde dentro. La muerte nos pregunta: ¿cómo estas viviendo tu vida?; ¿cómo va a ser de plena tu vida hasta tu morir y después del morir?. Por eso es importante reflexionar, preguntarse y responderse desde la muerte nos hace auténticos hombres y mujeres.
Si nos muriésemos en 5 minutos: ¿estaríamos preparados? Si respondemos que no estamos preparados, estamos fallando en algo esencial: si pienso que voy a ser pleno en el futuro, erramos. Yo tengo que ser pleno y feliz en todo momento. La muerte es como un gran espejo que me hace las grandes preguntas sobre la vida.”
Dimensión corporal: concebimos la muerte como cese de funciones orgánicas. Por eso muchas personas dicen que no le tienen miedo a la muerte sino al morir. Pero tendría que ser al revés: porque morimos una vez, pero eso no depende de nosotros.
Dimensión psicológica: desde que nacemos tenemos muertes psicológicas, de afectos. Hemos tenido muchas muertes emocionales.
Dimensión mental: no podemos dejar de pensar que somos mortales. No podemos dejar de pensar de dónde venimos y hacia adonde vamos. No podemos dejar de pensar sobre nuestra misión en la vida. Y no podemos dejar de pensar sobre qué es la muerte y porqué es fundamental en mi vida.
Dimensión relacional: hay que trabajar en la muerte de nuestros seres queridos.
Dimensión valórica: cuando morimos a valores, estamos muriendo. Vivir sin los valores es estar muerto en vida.
Dimensión espiritual: existe la muerte espiritual. En nuestra misión tenemos una responsabilidad.
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