Los pastores fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores.
Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón.Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido. Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Angel antes de su concepción.
Palabra de Dios
P. Sebastían García sacerdote de la congregación Sagrado Corazón de Jesús de Betarrán. Animador y responsable de la Pastoral Juvenil
¡Muy feliz Año Nuevo!
Hoy celebramos en la Iglesia una linda fiesta: María Madre de Dios. Dentro del tiempo de Navidad se abre un espacio para poder contemplar a la Virgen
Y además es la Jornada Mundial por la Paz
Si leemos bien el evangelio de hoy,estas tres cosas están bien unidas. Lo primero que remarcamos es que el anuncio salvación llega en primer lugar a los pastores, un grupo de marginales quehabitan en las periferias. Ellos son los primeros receptores del nacimientode Jesús. Y son los primeros en ir a adorar. La Virgen que conerva todas las cosas en su corazón como rumiando, tratando de entender, meditando interiormente. Y por último, la circuncisión de un niño, cuyo nombre signifca “Dios salva”
De alguna manera esto es todo lo que celebramos hoy
Cuando en nuestra vida hacemos nuestro el ejemplo de la Virgen y nos hacemos espacio para el silencio, la meditación y pensamos dónde está presente Dios en nuestra vida, salimos al encuentro de las periferias existenciales, que antes eran los pastores y ahora son los pobres, los marginados, los que están solos, tristes, desanimados, se dan por perdidos, los pibes que se consume la droga y el alcohol, sentimos en nuestro corazón el impulso vital que nos lleva más allá de nosotros y nos hace pensar que hay salida y entonces no podemos bajar los brazos, y clamamos por un Dios que salve, es donde nos encontramos con el espíritu de Jesús, “Dios salva”
Así y solo así ser posible la paz: no una mera ausencia de guerras, sino la opción fundamental y permanente por un mundo más justo, más fraterno, más solidario, desde el silencio interior y atendiendo al clamor de las víctimas.
Muy feliz año de 2015 y un abrazo grande hasta el próximo evangelio.