En el día de los enamorados queremos compartir esta película basada en la obra de un gran novelista romántico: Nicholas Sparks (The Notebook, En nombre del amor). Que no solo resaltará la importancia del amor sino también de poner a Dios como centro de la relación, Él que no es mas que el mismo Amor.
Landon (Shane West), es el típico chico “canchero” de la secundaria, disfruta gastando bromas y haciendo de las suyas con sus amigos. De gran exito con las chicas pero es un tipo vacío y superficial, sin grandes planes para su vida. Una broma pesada con un recién llegado, conduce a éste al hospital, donde se recupera muy lentamente. A modo de correctivo, Landon debe ser tutor los fines de semana; además deberá colaborar con el grupo de teatro, donde según él y sus amigos, está la gente más aburrida del instituto. Entre ellos, Jamie (Mandy Moore) que tiene un aspecto muy serio, y a la que no tiene más remedio que pedir ayuda para aprender su papel en una obra. Con lo que no contaba Landon es con enamorarse: lo que le produce un conflicto, ya que por un lado no quiere que sus amigos lo vean con una chica supuestamente “friqui”, y por otro admira su inteligencia y visión trascendente de la existencia.
Basada en una novela de Nicholas Sparks, presenta una historia de amor, en la que deben ser superados los prejuicios y el miedo a lo que piensen los demás. Cuestiones como esperar al matrimonio para mantener relaciones sexuales no son muy habituales en el cine reciente. Adam Shankman sabe presentar la cuestión sin vueltas; a la vez, aborda el misterio insondable del dolor y el sufrimiento, a través de la grave enfermedad de uno de los personajes.
“Nuestro amor es como el viento, no puedo verlo pero si sentirlo”
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