Evangelio según San Lucas 9,7-9

jueves, 24 de septiembre de
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El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que pasaba, y estaba muy desconcertado porque algunos decían: “Es Juan, que ha resucitado”. Otros decían: “Es Elías, que se ha aparecido”, y otros: “Es uno de los antiguos profetas que ha resucitado”.

Pero Herodes decía: “A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es este del que oigo decir semejantes cosas?”. Y trataba de verlo.

 

 

Palabra de Dios

 

 

 

 


P. Sebastían García sacerdote de la congregación Sagrado Corazón de Jesús de Betarrán. Animador y responsable de la Pastoral Juvenil  

 

 

En el evangelio de hoy Lucas nos presenta a este personaje medio enigmático que es Herodes. Herodes que comienza a tener noticias de Jesús, de la actividad que va haciendo Jesús y justo cuando los 72 discípulos deestan de misión acontece esto: Herodes pregunta por Jesús, quiere saber de Él.  Claro que la pregunta de Herodes no es una pregunta inocente, ¿no?

 

Herodes quiere verlo porque quiere saber si Jesús le va a hacer sombra, o si de alguna manera se puede trabar algún tipo de amistad con Jesús y eso a él le puede dar algún tipo de beneficio o puede acrecentar su prestigio o su poder o su reputación. Y no hay una recta intención en Herodes a la hora de querer encontrarse y conocer a Jesús. 

 

Uno podría pensar: “bueno… ¿y los Herodes de hoy quienes son? “ Yo creo que los Herodes de hoy son los oportunistas.  Son los que quieren figurar. Son los que se acercan a Jesús, a  la Iglesia o  alguno de sus miembros sobre todo para tratar de sacar algún tipo de beneficio.  Uno podría decir el lenguaje más coloquial:  “es la foto que garpa en Facebook”.  Una foto con fulano o aparezco haciendo tal trabajo y de alguna manera multiplico en las redes sociales la aparición con esta persona importante. Y en el fondo todo eso lo que está es la búsqueda de prestigio, de un beneficio personal. Y lo más triste es que atrás de eso también está un deseo de aparentar y de querer mostrar algo y querer figurar, por sobre todas las cosas. 

 

Son muchos los Herodes de hoy. Incluso el otro día escuchaba como el papa Francisco daba una entrevista donde decía que se había sentido medio usado con alguno que se haya sacado alguna foto con él y la había publicado en determinados medios. 

 

Lo cierto es que si nosotros queremos ser cristianos en serio no tenemos que ser como Herodes. Nuestra intención es sí querer conocer a Jesús, querer verlo, querer mirarlo. Querer apasionarnos con Él, pero en este itinerario profundo de fe que significa conocer para más amar; y más amar a Jesús significa también un poder seguirlo mejor.  Ese si se quiere es el itinerario del discípulo misionero. Nosotros lo conocemos a Jesús porque lo queremos amar cada vez más y lo queremos seguir cada vez mejor.

 

Y esto de alguna manera también nos hace vivir la gratuidad. No sólo no seguimos a Jesús por algún tipo de interés,  porque nos va dar reconocimiento, por vamos a ganar un título o vamos a ganarnos una reputación o vamos a aparecer en los diarios. No.  ¡Todo lo contrario! Si el destino de Jesús fue el de ser clavado en una cruz por servicio y por amor en los demás en la máxima condena como malhechor e incluso acusado -¡Él que es Dios!- de blasfemo y de ateo por su propio Pueblo, nosotros no esperemos correr otra suerte muy diferente. Si Jesús tuvo ese destino y entendió que el camino era el de la hacerse nada, el de abajarse,  el de hacerse pequeño y entregar su vida por amor,  nosotros vivamos también esa gratuidad que nos hace grande pero no por aparecer en la tapa de alguna revista por sacarnos la foto con gente importante, por aparecer en Facebook o en Twitter o bien alguna red social haciendo cosas lindas. Que nuestra gloria sea servir y servir al hermano,  servir al pobre,  servir al que tiene necesidad de mí  y que ahora, en este mismo momento, está esperando una respuesta de parte mía.

 

Hermano y hermana, te mando un abrazo enorme desde lo más profundo del Corazón de Jesús.  Y si Dios quiere será hasta la próxima semana y el próximo evangelio.

 

 

Fuente: Radio Maria Argentina

 

Radio Maria Argentina