Soy una joven, como vos…
Tengo mi familia, mi carrera, mis proyectos y mis servicios en la parroquia.
Pero que pasa cuando Dios llama, cuando te busca constantemente, cuando empieza a mostrarse de manera diferente..mas cercano…mas real…cuando empezas a sentir su voz cada vez mas fuerte pidiendote otra cosa. En pocas palabras: Cuando te invita al DISCERNIMIENTO. Cuando te invita a elegir entre lo bueno y lo mejor.
Y en ese momento, cuando empezas a detectar por donde viene la cosa.. vos te alejas, dudas: ” ¿estaré loca? ¿es mi imaginación?”
Y una vez mas, Él te grita.
No se cansa de llamarte y esas dudas que pusiste como trabas, te las resuelve una por una, casi sin que lo vayas notando. Algo te atrae, tu corazón comienza a inquietarse y anhela algo superior.
Queres ignorar toda esta revolución hasta que en un momento ya lo tenes, mirandote a los ojos, esos ojos llenos de amor, y diciendo tu nombre te dice:“Seguíme. Te necesito”.
Y vos, acobardada por tu pequeñez decís: “¿Vos necesitarme a mi Señor? ¿Yo que nada soy? No no no, ¡yo no puedo! Ya tengo mi vida armada, mis proyectos… busco servirte todo el tiempo en lo que hago… ¿por qué me pedís mas? ¿por qué rompes mis esquemas? ¿por qué yo?”
Y resulta que Él llamó a los que quiso… ¿y por qué? Por amor, para salvarnos, para que seamos felices. Nos ahogamos en un mar de preguntas, miles de preguntas y es tan simple como eso.
Y resulta que despues del miedo, despues de las dudas y de la incertidumbre…muy despacio..podes decir “acá estoy Señor..que se haga tu voluntad y no la mia”.
Y es entonces,cuando te lanzas confiada a sus brazos, como un niño confía totalmente en su padre. Y es cuando le das el espacio que se merece que Él empieza a obrar en tu vida. Y es entonces, cuando experimentas ese amor infinito,ese amor incondicional, esa felicidad de sentirse amada y que te vuelca inevitablemente a amar a los demas. AMAR. En el sentido mas profundo de la palabra, y con todo lo que eso implica. Jesús y vos. Vos y Jesús. Y sentís en tu interior ese fuego que quema, que quema pero no lastima. El fuego que enamora.
Y el dejarlo todo por seguirlo ahora se vuelve una necesidad. Dudas de vos mismo, si, siempre. Pero confias mas en su gracia que en tu debilidad.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece…