“Señor dame tu mano y apoya en mí tu madero.Deja que sostenga hoy tu amor tan verdaderocon la ayuda de tu gracia, mas no con mi propio esfuerzo.Que la fuerza de tu amor que me miró primerograbe en mi la misión de ser “ladero”de todos los que sufren y aún dicen “espero”.Así, cuando estemos ya en la Cruz, y cuerpo a cuerpo,pueda decirte: “Señor, acuérdate de mí, allí en tu Reino”.
Javier Albisu sj
Hay miradas tan sedientas Hay miradas que gritan por sentido Las hay resignadas Hay miradas tan opacas Hay miradas que…
¿A dónde voy? ¿Para qué vivo? Cuán real es eso de que hay respuestas de las cuales solo se puede…
Entraron en Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. Todos estaban asombrados…
Jesús salió de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón…
Se acercó a Jesús un leproso para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo: “Si quieres, puedes purificarme”. Jesús, conmovido,…