¡Cuanto me cuesta rezar!

martes, 28 de marzo de
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A veces encontrarnos con Jesús mediante la oración resulta más dificil de lo que parece. Hay tiempos litúrgicos que nos van predisponiendo mejor para el encuentro en la oración, como en la cuaresma cuando la voz de Dios nos puede marcar por donde ir caminando. Aunque muchas veces nuestros ruidos interiores no nos dejan encontrarnos con esta voz.

 

En diálogo con Radio María, el padre Luis Zazano, sacerdote de la arquidiócesis de Tucumán, acercó algunos tips para tener en cuenta:

 

 

¿Qué es la oración?

 

1.- Orar es hablar con Dios “face to face”, dialogar

 

2.- Rezar es la actitud de repetir palabras u oraciones armadas, sirven para cuando uno no tiene ganas de hablar con Dios, o no le sale.

 

Muchas veces hay que rezar para alcanzar el orar. Podés encontrar una canción que te motiva, o elementos que te incentivan a tener ese diálogo con Dios.

 

El padre Luis hacía hincapié en que “no hay una formula, es personal.”

 

¿Que cosas te motivan?

Una de las tentaciones mas grandes es no encontrar el motivo, en este caso, el padre nos recomienda buscar motivaciones, buscar en nuestro interior algo que nos movilice.

 

Otra tentacion es caer en la rutina.

 

Entonces el nos propone armas para luchar con las tentaciones:

 

Lugar: buscar ese lugarcito donde puedas encontrarte para hablar a solas con Dios.

 

Tiempo: buscar un espacio de tiempo donde nadie me moleste, cuidarlo y defenderlo

 

Objetos: buscar elementos que te ayuden a encontrarte con Dios, una cruz, una estampita, etc.

 

 

La distracción

Juan XXIII decía que la peor oración es la que no se hace. Así que por mas grande que sea la distracción, es mejor rezar distraídos que no rezar. La distracción te lleva a una tentación mucho mas grande que es el desánimo y el desistir.

 

Otro consejo que nos da el padre Luis es que la clave para vivir la oración es la humildad, ya que la oración implica sacrificio y esfuerzo. La oración es lucha y la vida de oración es lucharla hasta el final. Señora, señor, si se ha caído: a recomenzar.

 

Algunos solemos, para no distraernos, rezar en grupo. Pero éste tiene que ser motivo de ayuda para la oración personal, porque el fin mismo de la oración es el encuentro con Dios cara a cara.

 

 

 

¿Qué pasa cuando uno no siente nada en la oración?

 

“La oración no es algo que siempre vas a sentir, pero acordate que la oración es ese pequeño riego invisible en el corazón del hombre, que no lo vemos, ni lo sentimos pero que crece en el silencio.”

 

Al orar hay que comenzar por ponerse en presencia de Dios aunque eso lleve tiempo, pero ese tiempo ya es oración, no es tan sólo que yo estoy contemplando a Dios, sino también dejarme contemplar por Él. En todo momento de oración la fuerza de voluntad es fundamental.

 

 

 

Fuente: Radio Maria Argentina

 

Oleada Joven