“Jesús se complace en mostrarme el único camino que lleva a esa hoguera divina. Ese camino es el abandono del niñito que se duerme sin miedo en los brazos de su padre…”
En la noción de abandono reside a la vez la de “ceder”: no aferrarse a tal o cual proyecto, a tal o cual manera de ver o hacer; aceptar no controlarlo todo en nuestra vida, y también la de entregarse a Dios, de contar con Él como un niño.
Sean cuales sean las circunstancias de la vida, los momentos que vivamos, abandonarse en manos del Todopoderoso.
El abandono es una de las expresiones de amor más bellas.
Si sé que alguien me ama profundamente y me respeta, encuentro una gran felicidad en abandonarme totalmente a ella.
Sepamos así abandonarnos en Dios, en los momentos de alegría así como también en los momentos difíciles.
“Estoy segura de que, si por un imposible, encontraras un alma más débil y más pequeña que la mía, te complacerías en colmarla de gracias todavía mayores; con tal de que ella se abandone con plena confianza a tu misericordia infinita” dice Teresa al final del manuscrito B.
“La confianza en Dios” Ejercicios espirituales basados en la doctrina de Teresa de Liseux. Jacques Philippe.