Señor, no me dejes esperar sentado
cuando vos ya estás en los caminos.
Empújame, inquiétame,
aviva en mi el deseo para lanzarme a buscarte.
Yo te prometo intentarlo.
Escalaré montañas,
salvaré distancias,preguntaré por ti,
a la tierra,
a los otros,
a esa voz que brama tan dentro
con verso de paz y evangelio.
Gastaré los días,
andaré tierras desconocidas.
Y si me canso,si vacilo,
si reniego de ti alguna vez,no permitas que me rinda.
Se que cuando escuche tu voz
que pronuncia mi nombre,
y se invita a mi mesa,
entenderé al fin,
que la salvación ya estaba aquí.
Amén
“Zaqueo” de José Ma. Rodriguez Olaizola